Mayo 2012
A las 15:15 hs llegamos al Milan Malpensa
Airport ubicado a varios kilómetros de la ciudad de Milán. Una vez que
recogimos las valijas fuimos hacia la estación de tren para tomar el
Malpensa Express hacia Milano Centrale. Compramos 2 tickets, 10 E cada uno, que
validamos antes de ingresar al tren. Tener un pasaje sin validar equivalía a no
tenerlo, y si el guarda lo descubría, a pagar la multa! Y no es joda, los
guardas pasan y se fijan todo!
El tren estaba acondicionado para viajar con
valijas contando con lugares para ponerlas. Además de la gente con valijas viajaba gente que nada tenía que ver con el tránsito de pasajeros entre Milán y el aeropuerto; hicimos
varias paradas intermedias antes de llegar a Milan.
Durante este viajecito nos comimos unas
espectaculares cookies con chispas de chocolate que habíamos comprado en
nuestra visita al supermercado en Salzburgo. Qué buenas que estaban!!!! También
tomamos la decisión final sobre lo que haríamos al día siguiente. Estábamos
entre dedicarle el día a Milán, así Seba podía ir a visitar el estadio San Siro
Giuseppe Meazza, o pasar el día en Venecia.
Recién llegado a Milán, antes de salir de
Milano Centrale, la estación principal de tren, nos dispusimos a hacer la fila
para comprar los pasajes para el día siguiente. Seba se conformó con ver el
estadio desde el aire, cuando el avión pasó sobre él.
Volviendo a la compra de pasajes, estaba la
posibilidad de hacerlo con unas máquinas, pero por alguna razón no nos permitía
realizar la transacción, así que no nos quedó otra forma que hacerlo a la antigua.
De hecho no éramos los únicos haciendo fila, debíamos tener más de 15 personas
delante! Mientras aguardábamos vimos que en las máquinas expendedoras había un hombre que ayudaba,
sobre todo a las mujeres mayores a sacar los pasajes a cambio
de una propina. Permanecimos en la fila.
Con los pasajes en nuestro poder, salimos de
la estación, teniendo que atravesar una plaza que me hizo acordar a la de
Once. Había varios manteros vendiendo todo tipo de porquerías (anteojos,
carteras, billeteras, "miquimocos", etc). Rápidamente llegamos al otro extremo,
caminamos unos 100 metros más y encontramos nuestro hotel.
Nos alojamos en el Hotel Garda, un lugar un
tanto antiguo, con una mala relación calidad/ precio, comparado con los alojamientos
anteriores. Nos había costado mucho elegir un hotel en Milán, la mayoría tenía
un precio más alto que los de otras ciudades, y cuando íbamos a leer las
opiniones en booking y tripadvisor, estas solían ser bastante malas (mucho
ruido, suciedad, canillas de agua caliente de las que sólo salía agua fría, etc).
Hicimos el check in en un mix de italiano e inglés, nos dieron una habitación en el 2º o 3º piso, y nos indicaron que subamos con las valijas por el ascensor. Qué suplicio ese viaje en ascensor! Parecía que cuando uno apretaba el botón del piso al que quería ir, un hombre leía el pedido y comenzaba a tirar de una cadena para que subiera. Uno de los ascensores más lentos de mi vida, que creo que sólo fue superado por el de Florencia.
La habitación tenía una decoración un poco estridente, con bastante rojo y una luz que iluminaba poco, lúgubre. Dónde nos metimos??? Era un hotel común de pasajeros o algún antro extraño??? El baño estaba bien, incluida el agua que salía a una temperatura adecuada, pero las pocas veces que nos bañamos por más recaudo que tomamos inundamos literalmente todo el baño!!! Si quedaba tirado algo en el piso, flotaba!!!
Hicimos el check in en un mix de italiano e inglés, nos dieron una habitación en el 2º o 3º piso, y nos indicaron que subamos con las valijas por el ascensor. Qué suplicio ese viaje en ascensor! Parecía que cuando uno apretaba el botón del piso al que quería ir, un hombre leía el pedido y comenzaba a tirar de una cadena para que subiera. Uno de los ascensores más lentos de mi vida, que creo que sólo fue superado por el de Florencia.
La habitación tenía una decoración un poco estridente, con bastante rojo y una luz que iluminaba poco, lúgubre. Dónde nos metimos??? Era un hotel común de pasajeros o algún antro extraño??? El baño estaba bien, incluida el agua que salía a una temperatura adecuada, pero las pocas veces que nos bañamos por más recaudo que tomamos inundamos literalmente todo el baño!!! Si quedaba tirado algo en el piso, flotaba!!!
Dejamos las valijas y tomamos las escaleras
para bajar, no íbamos a aguantar otro extra-lento paseo en ascensor. Dejamos
las llaves en el front desk; no tenía tarjeta electrónica sino las antiguas
llaves con el llavero con el número de habitación que siempre quedaba en
conserjería.
Teníamos lo que quedaba de la tarde para
recorrer la ciudad. Decidimos ir en metro hacia el Duomo. Sacamos los 2 tickets
en las máquinas, E1,5 cada uno, y unos minutos después ya habíamos llegado a
destino. Apenas pusimos un pie en la superficie, en la plaza frente al Duomo,
fuimos asediados por un grupo de africanos que intentaban darnos unas
pulseras de hilo. Una seguidilla de “no,
no, no, grazie, thanks” y movimientos negativos de cabeza, hicieron que se
dispersaran y fueran a buscar otras víctimas. Ya habíamos leído de los timos
del lugar en una página web con información de seguridad. Así que cualquier
persona que se acercaba, recibía un “no”. Hubo un oriental que estaba cerca
nuestro que cayó con el “free, free”, agarrando una pulsera. Ahí le comenzaron a
pedir “Money”. Intentó zafar de la situación con una moneda, recibiendo un “no
coins, money”. Hasta que no desembolsó algún billete no lo dejaron ir.
A estas alturas ya estaba un poco paranoica,
tratando de evitar a estos timadores, atenta a que nadie me viniera a robar y a
no pisar una de las cientos de palomas que estaban en el piso, que no se
amedrentaban ante el acercamiento de un pie a sus cabezas.
Hicimos una rápida pasada por el interior del
Duomo, que estaba en remodelación. Pudimos ver sus techos altos y varias
pinturas colgadas en sus pareces; el olor a incienso era intenso.
Il Duomo |
A pisar las bolitas del toro |
Tomamos Vía Dante, en la que había cafés con
mesas en las calles a ambos lados, y postes con banderas de diferentes países.
Al fondo, el Castello Sforzesco, grande e imponente. Recorrimos sus jardines,
sin adentrarnos en el edificio. Más allá del Castillo, il parco Sempione.
Este parque con sus 386.000 metros2,
es uno de los más importantes de la ciudad; se encuentra entre el jardín del
Castello Sforzesco y el arco della Pace o de la paz, una especie de arco
del triunfo, pero más pequeño. Nos dio la impresión que era un parque bastante
utilizado por los habitantes locales para pasear y practicar deportes. En
nuestro recorrido nos cruzamos con gente corriendo, caminando, jugando al
fútbol, sentada leyendo, comiendo, etc. Además de respirar un poco de aire
fresco, pudimos cargar agua de un bebedero, en la botella de agua mineral que
habíamos comprado en el metro y ya estaba vacía. Este fue el lugar que más me
gustó de la ciudad.
Parque con el Castello Sforzesco de fondo |
Volvimos a la zona del Duomo, pasamos por el
negocio que vendía camisetas del Inter, al cual no entramos porque justo en ese
momento estaban bajando sus persianas. Continuamos caminando, pero ya enfilando
hacia la zona del hotel. Realmente las calles que caminamos en el regreso no tenían
nada en particular, podrían haber pertenecido a cualquier ciudad. Pocos
negocios, menos locales gastronómicos aún; supongo que habremos ido por el
camino equivocado y nos perdimos la cuna de la moda, y todas esas cosas que
siempre se dicen sobre Milano.
Terminamos en una pizzería a dos cuadras del
hotel. No sé si estábamos demasiado cansados sin capacidad para pensar o qué,
pero pedimos la peor pizza que podíamos haber pedido, una “pizza Siciliana”.
Cuando la pedimos ni siquiera entendimos el nombre de todos los ingredientes,
pero dijimos “qué tan malo puede ser?”. Ni siquiera tuvimos la viveza de pedir
2 pizzas diferentes y comer media y media…
Podemos asegurar que no nos aburrimos en el
largo tiempo que tuvimos que esperar para que nos trajeran el pedido. Por un
lado, parecía que había una fiesta infantil, para la que pasaban pizzas y más
pizzas hacia otro salón, y después comenzaron a aparecer niños con helados en
sus manos. El horno debía estar ocupado sacando ese gran pedido antes que el
nuestro.
Por otro lado, fuimos testigos de unos
swingers de alimentos. En una de las mesas exteriores se sentaron 4 orientales,
2 hombres y 2 mujeres, con sus respectivas cámaras de fotos. Pidieron la carta,
a la que miraban con cara de no entender nada, evidentemente no estaba escrita
en chino! Cuando se acercó el mozo a tomar el pedido estuvo largo rato, como si
estuviese explicando vaya uno a saber en qué idioma, en qué consistía cada
plato. Volvió con la bandeja con un café con leche, un agua, una cerveza, un plato
de pastas, una pizza y otros platos que no recuerdo, que fue distribuyendo en
la mesa. No bien se retiró, los comensales inspeccionaron lo que les habían
servicio, tal vez fue lo que les tocó en suerte producto de la barrera
idiomática. Todos comenzaron a comer de todos los platos, tanto el que estaba
delante, como el que tenían al lado, enfrente y oblicuamente.
Finalmente, miramos lo que nos había tocado
en suerte a nosotros por no saber leer todos los ingredientes! Vinieron dos pizzas con
tomate, aceitunas, alcaparras y anchoas, SIN queso!!!! Naaa, pizza sin queso,
no es pizza en mi mundo!!! No puedo explicar lo salada con estaba,
apenas se podía comer!!! Como no habíamos comido demasiado ese día, comimos
hasta donde pudimos, corriendo parte de las anchoas y las alcaparras, para no
morir ahí mismo!!! La peor pizza de todo el viaje!!!
Exudando
sal volvimos al hotel a dormir! El tren a Venecia salía a la 6:35 de la mañana!
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