viernes, 8 de marzo de 2013

Roma - Una linda tarde

By Sole

Luego de descansar un rato no muy largo volvimos a salir.
En primera instancia nos dirigimos a la iglesia San Pietro in Vincoli, que alberga al Moisés de Miguel Angel y las cadenas con las que fue encadenado San Pedro. Absolutamente recomendable! Si uno tiene que elegir una sola iglesia para visitar en Roma, definitivamente es esta. Con una monedita la escultura se ilumina y uno puede observar la magnífica obra de Michelangelo a pocos metros de distancia.




Al salir fuimos hacia Via Cavour, la cual cruzamos tomando Salita Borgia. Ahí hicimos un stop en una gelateria! Si!!! Nuestro primer gelato italiano!!!! Pedimos helado de chocolate extra dark (chocolate amargo) y  nocciola (avellana). Riquísimo!!! Todos los helados que fuimos probando fueron uno mejor que el otro, incluso los sabores frutales. Tenían una consistencia más cremosa y un sabor más intenso que los que solemos comer acá. Para degustar el helado nos sentamos en uno de los bancos de cemento de la Piazza della Madonna dei Monti que estaba a escasos metros. En este momento la lluvia era un recuerdo, del que sólo quedan pequeños charquitos en algunas piedras. El sol comenzaba a brillar nuevamente.

Seguimos por la Via del Boschetto, y luego la Nazionale. En estas calles fueron apareciendo varios locales de ropa de segundas marcas con precios bastante accesibles. No nos detuvimos a comprar. Luego de caminar dos cuadras de la Via delle Quattro Fontane, pasamos por las cuatro fuentes, que no son más que unas pequeñas fontanas construidas en las ochavas de cuatro esquinas enfrentadas entre sí. Terminamos desembocando en la Piazza Barberini donde se encuentra la Fontana del Tritone, obra de Gian Lorenzo Bernini. Tras tomar la foto correspondiente, continuamos por Vía Vittorio Veneto donde comenzaron a aparecer majestuosos edificios y los hoteles de mayor categoría, que aún no habíamos visto en Roma.



Por Via de Ludovisi desembocamos en Trinità dei Monti. Si! Nuevamente en Piazza di Spagna, pero con un panorama bastante diferente al que habíamos tenido en la mañana. La tranquilidad que pudimos experimentar previamente ya no existía. La gente emanaba de todos los rincones, y formaba una tupida alfombra que cubría las escalinatas. Por primera vez no nos apartamos de la masa, y nos sentamos ahí.  No sólo descansamos sino que también pudimos observar las peculiaridades de los personajes que iban pasando a nuestro lado: gente vestida extravagantemente, parejas de todo tipo y color, orientales cargados de bolsas de Gucci, Dolce & Gabbana, Louis Vuitton, etc, etc, etc.


No dejamos pasar la oportunidad de caminar por Vía Condotti, la calle que alberga los locales de las grandes marcas,  esos que resultan bastante inaccesibles para la mayoría de los vivientes. Doblamos en Vía del Corso donde encontramos los negocios de ropa deportiva, donde Seba no pudo resistir la tentación y entró a mirar camisetas de fútbol. No faltó su clásica frase respecto a la indumentaria futbolística: “Linda pilcha!”.
No podía faltar en nuestro recorrido otra visita a la Fontana di Trevi, donde también había más gente que a la mañana. La miramos desde lejos y continuamos caminando. Ya se estaba haciendo la hora de la cena… la cena del 25º cumplemes!

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