miércoles, 20 de marzo de 2013

De Roma a Bari

By Sole

Mayo 2012

Nos levantamos temprano, desayunamos y partimos con las valijas. Teníamos que ir a la estación de tren “Termini Central”. Si bien estábamos a pocas cuadras, decidimos tomar el metro por una estación, de Vittorio Emanuele a Termini, para no tener que arrastrar tanto la valija.
Casi todas las escaleras mecánicas que se fueron presentando en nuestro camino, no funcionaban! Así que tuvimos que subir y bajar varios pisos cargando las valijas. Creo que hicimos mucho más esfuerzo físico que si hubiésemos ido caminando esas cuadras. Mi cerebro malicioso llegó a sospechar que era una treta de la gente del metro para desalentar el viaje de turistas con valijas, sobre todo durante el horario pico.

Llegamos a Termini con suficiente tiempo por delante para encontrar de qué andén o binario partía el tren y buscar los carteles que anunciaban las partidas y llegadas. Recorrimos con la vista los carteles hasta encontrar nuestro tren, había una palabra al lado que nos llamó la atención “SOPPRESSO”. Mmm, sin saber exactamente que significaba eso, pero intuyendo que podría ser un “suprimido”, nos acercamos a un hombre de seguridad que estaba en el andén. En una mezcla de inglés e italianos le preguntamos por nuestro tren y el soppresso que tenía al lado, poniendo cara de “ufff, están en el horno” nos indicó que fuésemos a averiguar a las boleterías.
Comenzamos a caminar y las únicas boleterías que veíamos, eran máquinas auto-service de expendio de pasajes. Luego de dar varias vueltas y meternos en un lugar y otro, llegamos a la oficina- boletería. En el exterior de la misma había una fila de unas 10 personas. En las inmediaciones había una empleada que me informó en inglés que debíamos tomar el tren rápido que salía media hora después. Desconfiando de mi entendimiento, y sin tener nada escrito que justificara nuestra presencia en otro tren, continuamos haciendo la fila. Los de adelante pasaron bastante rápido, muchos eran estudiantes que buscaban su comprobante de llegada tarde por retraso del tren.
Cuando le presentamos nuestro problema a la empleada del interior del local, nos puso la misma cara que el hombre de seguridad y nos dijo que no sabía nada al respecto.  Luego de consultar con otros empleados nos anotó en nuestra constancia de reserva, los datos del tren que debíamos tomar.

No teníamos mucho apuro por llegar a Bari, eran las 8:30 de la mañana y nuestro ferry salía a las 22 hs. Justamente por esto en  un principio sacamos el pasaje en un tren común que partía de Roma a las 8:20 y llegaba allá a las 14:30.
Ahora íbamos a tomar el tren de las 8:45 que llegaba a las 12:30 hs. Todo muy lindo, tren más rápido, seguramente de categoría superior al otro, pero… no teníamos número de asiento y el tren no era directo. Como consecuencia de esto, hasta que arrancó cambiamos varias veces de asiento a medida que iban apareciendo los pasajeros que tenían asignado ese lugar.
Una vez que partimos el problema continuó, porque el tren  tenía varias paradas intermedias en las que subía y bajaba gente con asiento asignado. Llegó un momento que me cansó tanto la situación que casi termino sentada en el piso. Cada estación era estar atentos a ver si venía alguien a desalojarnos, y ver donde nos podíamos sentar. Ni hablar de la cara de traste de los “dueños de los asientos”, que te desalojaban con su mirada y un gruñido, como si fuésemos polizontes!
En la desorganización no hay diferencia entre Argentina e Italia, no les costaba mucho meterse en la computadora y ver que asientos estaban vacíos para reubicar a la gente del tren soppresso para evitar toda esta situación de stress.




Finalmente, con apenas unos 10 minutos de retraso, llegamos a Bari!!! Hacía calor y el cielo estaba despejado, era un día espectacular!

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