lunes, 18 de marzo de 2013

El Vaticano

By Sole

Mayo 2012

Con el estómago lleno, tomamos Via della Conciliazione, donde nos detuvimos en algunos negocios a comprar medallitas y unos mini rosarios. A medida que nos íbamos acercando a la Piazza San Pietro, la cantidad de gente iba increcendo, al igual que la temperatura. Realmente la mejor manera de llegar al vaticano es por Via della Conciliazione donde uno va teniendo una gran vista del majestuoso complejo.

No era casualidad esa cantidad de gente, era miércoles! El papa estaba dando la bendición. La piazza estaba cercada y para ingresar había que pasar un control de seguridad.  Empleados de seguridad del lugar revisaban las carteras, mochilas y bolsos de todos los que quisieran ingresar al lugar. Nos sometimos al registro de bolsos y pasamos. No tengo mucha idea de las distancias, pero calculo que a no menos de 100 metros se veía una tarima con un par de individuos.  A los costados había 2 pantallas grandes que mostraban lo que estaba sucediendo ahí adelante.


Fue algo muy raro, me dio la sensación de estar en un programa de televisión donde el conductor va nombrando a los invitados y la gente aplaude. En ese momento había un religioso nombrando a los grupos de diferentes ciudades y países que habían concurrido a la bendición. A medida que estos eran nombrados, levantaban sus banderas y gritaban, mientras algunos aplaudían. Pocos minutos después de estas presentaciones, o tal vez agradecimientos por haber venido, el papa Benedicto XVII tomó la palabra para dar la famosa bendición en diferentes idiomas. Es este el momento en el que todos sacan los recuerdos comprados en los alrededores para que sean bendecidos.








Terminado esto vino la desconcentración!!! La paz y el amor reinantes en la bendición se transformaron en odio y fuerza bruta! Miles de personas que estaban en esa especie de corralito, queriendo salir primeras!!!  Golpes e insultos por todos lados!!! 
Los organizadores no tienen demasiadas neuronas funcionantes!!! En lugar de abrir más compuertas para que la gente salga, abren sólo un par para ver como se golpean entre si!

Serían las 12:45, aún teníamos unos 45 minutos por delante. Enfilamos hacia la entrada del museo. En ese momento agradecimos la iluminación divina que nos hizo sacar las entradas con anticipación, e hizo que los E5 que pagamos de más valieran la pena! Había 7 cuadras de fila para entrar!!! Una fila bastante compacta que no parecía avanzar muy raudamente. A los costados, acosándolos estaban los revendedores de entrada que se aprovechaban de los que no querían calcinarse bajo los rayos de sol del mediodía.

Caminamos unas cuadras más por los alrededores, y las 13:20 nos acercamos a la puerta para ver si nos dejaban entrar!!! Y entramos!!! Canjeamos los vouchers que teníamos impresos por entradas de verdad. Antes de ingresar al museo propiamente dicho hicimos una escala en el toilette, donde también había fila! Justo quedé en el medio de un grupo de mujeres de 50- 60 años, con acento español, que hablaban a los gritos por más que estuviesen a 50 cm de distancia. En ese momento, casi me explota la cabeza!!!
Cuando hablamos de museos Vaticanos, hablamos de un conjunto de museos entre los que incluimos a la Capilla Sixtina. Es un lujar sumamente lujoso, lleno de obras de arte por todos lados. Cuadros, esculturas, frescos en las paredes, mapas, alfombras, molduras, etc, etc, etc.

Tras subir un largo espiral, llegamos a la primera sala. De acá en adelante, fuimos prácticamente en fila, donde uno debía avanzar si no quería quedar sepultado bajo los zapatos de los que tenía detrás. Todo fue más o menos bien, hasta que llegamos a un lugar más estrecho, regido por la ley de la selva; pasaba primero el más grande. En las salas donde había pinturas de algún pintor famoso, como Rafael, el atascamiento era peor. No solo estábamos los que íbamos por nuestra cuenta, sino que también había grupos que iban en tours, que se detenían con su guía en estas salas para recibir la explicación pertinente. Hemos constatado que cuando la gente va en un tour, se comporta como niños de jardín de infantes en excursión que van agarrados de la mano para que no se pierda nadie: acá sin llegar al extremo de agarrarse de las manos, avanzaba el guía y atrás venía el malón, el que se interpusiera en el paso ponía su vida en riesgo!!!








La frutilla del postre es la capilla Sixtina, donde no se puede hablar en voz alta ni se puede sacar fotos, con la justificación de que el flash de las fotos puede dañar las pinturas. Acatamos las indicaciones del lugar y no sacamos ni una foto de contrabando, nada, de nada. Pero no todos se comportaban de la misma manera! El guardia de seguridad no daba a basto para decir “Please, no photo”, “no photo”, “no photo”, “sshhhhh”. Acá conseguimos un lugar en el largo de banco que hay rodeando la sala, y nos quedamos un ratito contemplando la fabulosa obra de Miguel Ángel  Es increíble como alguien pudo haber pintado semejante pintura en el techo, desde un andamio, sin perder la perspectiva.



Cuando salimos, regresamos a Piazza San Pietro; queríamos visitar la Basílica. Los planes quedaron truncos cuando vimos la cantidad de gente que había. La fila rodeaba toda la piazza!!! Para hacer la situación más intolerable, el sol brillaba con todo su esplendor, provocando que la temperatura ambiente fuese bastante elevada. Decidimos suspender la visita y continuar paseando.

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