By Sole
Enero 2011. Nos tomamos el avión y nos fuimos a Esquel!
Enero 2011. Nos tomamos el avión y nos fuimos a Esquel!
Esquel es una ciudad pequeña ubicada en el noroeste de la provincia de Chubut,
Argentina. Está ubicada en un valle rodeada de cerros, y habitada por alrededor de 40000 personas. Tiene varios atractivos turísticos, como el centro de esquí
La Hoya que funciona en invierno, el clásico tren La Trochita, y a escasos kilómetros, el parque nacional Los Alerces.
Hubo varias cosas que nos llamaron la atención:
- tenía varias avenidas principales (Ameghino, Alvear, Fontana, Yrigoyen) con gran circulación
de vehículos, pero sin semáforos. Cruzar la calle dependía de la buena voluntad
de los conductores o la suerte.
- hoteles, hosterías, empresas de turismo
y algunos locales comerciales no aceptaban tarjetas ni de crédito ni débito. Y en
muchos lugares si uno no reclamaba el ticket o boleta de compra no lo entregaban
espontáneamente; les gustaba mucho manejar dinero en efectivo o simplemente se estaban
comiendo el 21% de IVA que me cobraron con cada compra???
- había locales
comerciales (alguno vendía equipos de camping) y restaurantes cerrados por
vacaciones!!! Si no trabajan en temporada alta de turismo, cuando
trabajan???
- en los restaurantes de la zona no cobraban la gran avivada
"servicio de mesa". En Buenos Aires y alrededores cuando uno va a comer a un
restaurante le traen una panera con un par de panes, y/o grisines, y/o focaccia,
con queso crema o manteca o alguna salsa para untar. Esto tiene un precio que
aparece especificado en la cuenta como "servicio de mesa". Voy a comer sola, me
dan una panera y me cobran $5. Vamos a comer 2, nos traen la panera y nos
cobran $10. Vamos a comer 4, nos traen la misma panera y nos cobran $20. Este $5 es
simbólico, a veces es más plata.
En Esquel traían la panera y alguna salsa sin costo adicional, y hasta te la recargan si se acababa!
-
saliendo de la parte más céntrica, las calles no estaban asfaltadas y en general
no había veredas, salvo la de algún vecino que se la construyó. Para ir de la
terminal de micros a la hostería, tuvimos que recorrer unas 5 cuadras por calles de
ripio, pasto, yuyos y en la parte donde fuimos más afortunados un alisado de
cemento o lajas, con las valijas a cuesta.
- cada casa tenía su perro, algunos detrás de rejas y
otros en la vereda. Estos animales ya me olían a lo lejos y se desesperaban por
ladrarme. Entre ir caminando por la vereda que no existía (pasto, canto rodado)
prefería ir caminando por la calle de ripio.
- vimos más cobradores de
estacionamiento en la vía pública que en Buenos Aires. Sospechamos que la mitad de la población de Esquel trabajaba de "trapito oficial" en las calles más
céntricas.
- tenía un cementerio bastante grande que se veía bien en el
viaje en La Trochita. Por el tamaño debía haber más muertos que vivos en la
zona.
- muchos negocios que vendían calzados y juguetes, pero no tantos
niños en las calles.
- a diferencia de lo que había leído en algunos
blogs, la atención recibida en negocios y restaurantes fue cordial y
amable.
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