By Sole
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destino: Mirador Arrayán!
Caminamos nuevamente hacia el lago, sin dejar de apreciar los rosales y plantas de lavanda, estas últimas llenas de abejas, que había en las veredas. Preciosas.
Rosales en las veredas |
Tomamos la ruta vieja, pavimentada hasta llevar al desvío hacia un viejo hotel abandonado, lugar en el que giraba a la derecha y continuaba ascendiendo, pero de ahí en adelante el camino era de ripio. En forma aislada se veían algunos desvíos hacia propiedades ubicadas entre esta ruta y la ladera del cerro, que deberían tener una linda vista al lago. Luego de 45 minutos, en el que recorrimos
La vista según Sole |
La vista según Seba |
Cuando comenzó a desaparecer el sol, pero antes de que anochezca, regresamos. Pasamos por “El entrerriano” a comprar el jamón y queso más caro de la ciudad, pero no el de mejor calidad. Como teníamos heladera en la habitación, compramos fiambre para hacer sandwichs para los almuerzos de los próximos días. Regresamos a la hostería!
Cuando
llegamos, no podía creer lo que mis ojos veían!!! El school bus estaba
estacionado enfrente!!!! Las sospechas se confirmaron cuando en el front desk
estaba el guía del tour de ciclistas. Lo recordaba perfectamente porque cuando
estábamos en el desayunador le había comentado a Seba que tenía cara de asesino
serial. Habiendo tantos lugares en SMA, justo tenían que estar ahí, no podía
ser posible!!! Esto nos pasa por elegir muy buenos lugares! Casi programo el
despertador en ese mismo momento para ir a desayunar antes que ellos!!!
Caminamos
un poco más por el centro, buscando los lugares que Seba había preseleccionado
para comer basados en el ranking y opiniones de tripadvisor. Algunos fueron
descartados mientras que otros permanecieron en la lista de elegibles. Como no
teníamos ninguna preferencia esa noche, hicimos un sorteo, quedando
seleccionado “Doña Quela”.
Antes
de ir a cenar, pasamos por la oficina de “Incendios, Comunicación y
Emergencias”, el I.C.E., para registrarnos para hacer al día siguiente el
ascenso al Volcán Colorado.
De
ahí nos fuimos a “Doña Quela” (San Martín 1017), un restaurante que funciona en
lo que fue el comedor del “Hotel Lacar”, el primero de SMA, construido en el
año 1910. Con decoración de época, detalles en madera y elegancia, nos pareció
un lugar muy agradable para comer. Mientras esperábamos los platos que habíamos
ordenado nos trajeron pan de campo, con un paté de berenjenas, delicioso y
aceite de jalapeño, picante! Seba comió ciervo con hongos y puré de papas con
lluvia de almendras tostadas, y yo trucha grillada con vegetales al wok; para beber una cerveza
Lacar y un agua mineral.
De postre nos compramos, camino a la hostería, 2 chocolatitos en Abuela Goye, un marroc y un semiamargo con pasas al ron.
Cuando
volvimos a la hostería le pregunté a la encargada por los ciclistas, sus
palabras fueron sumamente tranquilizadoras! Sólo un par estaban alojados ahí,
el resto estaba repartido en otros alojamientos porque ellos no tenían más
lugar. Íbamos a poder desayunar tranquilos!!!
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