By Sole
Enero 2011
Enero 2011
Nos
levantamos a las 9:00. Desayunamos.
Armamos
las valijas y mochilas. Las zapas continuaban mojadas a pesar de haberlas
dejado secándose en la ventana toda la noche. El resto de la ropa ya estaba
casi seca. Hicimos
el check out y dejamos las valijas en la hostería para retirarlas más tarde.
Cuando salimos y miramos hacia el Piltriquitrón vimos que en la cima había nieve, cosa que no aparentaba estar ahí los días previos. Parece que la lluvia del día anterior, había traído nieve en las alturas. No quiero pensar el frío que deben haber pasado las personas que nos cruzamos cuando volvíamos al Cajón del Azúl, que estaban debatiendo si iban a dormir dentro o fuera del refugio.
Ya
habíamos recorrido los puestitos que estaban armados de la feria, así que nos
fuimos caminando hasta cabaña Mico (cerca de la Cervecería Otto Tipps), donde
había plantaciones de frutillas, arándanos, cassis, rosas mosqueta, frambuesas,
guindas, cerezas, etc. Cuando estábamos mirando los cultivos comenzó a chispear
nuevamente. Nos metimos en un local amplio que estaba en el mismo terreno donde
vendían dulces, confituras, infusiones frutales,
jugo de arándanos, hongos secos y cerezas.Había mesas para sentarse y consumir
jugos de frutas, y otras mesas largas con todos los dulces y confituras para probar
(los mismos que estaban a la venta). Preguntamos algunas cosas, como "Qué diferencia hay entre los dulces y las confituras?", a lo que la empleada del lugar nos informó que la diferencia era que los dulces estaban hechos con sacarosa y las confituras con fructosa. No
compramos nada.
Cuando
dejó de llover, salimos y volvimos a la feria, que ya tenía más puestos. Seba
compró lavanda; llevamos unas frambuesas.
Caminamos
con el equipaje hasta la “terminal”, la esquina de Rocca y Onelli. La estación
terminal de micros era una esquina con un par de maceteros de piedra y troncos
de árboles dispuestos en forma de bancos que resultaron demasiado bajos para Seba. Algo
muy improvisado, no pensado para los días lluviosos.
El
micro que debíamos tomar para ir a Esquel provenía de Jujuy. Teóricamente
pasaba por El Bolsón a las 16:50. Esperamos, esperamos, vinieron un par de
ómnibus “vía Bariloche”, “don Otto”, algunos que tenían como destino El Bolsón
y otros que estaban en tránsito hacia Comodoro Rivadavia. Salieron también un
par de micros hacia Bariloche. Continuamos esperando hasta las 18:00 hs.
En
la espera fuimos víctimas de la tentación de la panadería que estaba ubicada al
lado de la “estación terminal” y compramos unos pancitos de queso.
No
había más que hacer que mirar la fauna que nos rodeaba. Había mucha gente que
llegaba sin rumbo, y cual cazadores estaban parados ahí esperando a sus presas empleados de campings de la zona vendiendo los servicios. Algunos picaban.
Desde ahí los llevaban en combis hasta el destino.
Había
también un hombre con una cara muy rara, con facie leonina y una camisa verde
agua abierta. No solo era llamativo por su aspecto sino porque estuvo todo el
tiempo mascando algunas hierbas que después escupía en el pavimento.
Y no
podía faltar la banda de músicos sucios. Estos también pertenecían al grupo de
gente sin rumbo y con pocas ganas de gastar dinero (no sé si no lo tenían o
tenían espíritu de indigentes). Estuvieron largo tiempo con su equipo
(guitarra, batería, teclado, etc.) en la esquina deliberando que iban a hacer.
Viendo si podían encontrar alguna chica que los albergara o les bancaran el
transporte, etc.
Finalmente
tomamos el micro, un poco sucio ya que venía parando en varias ciudades,
subiendo y bajando gente. Merendamos el contenido de la bandeja del micro, que incluía café, magdalenas, tostadas Riera, y dulce
de frutilla Abedul.
Cuando
pasamos por El Hoyo, hubo un control policial con un perro buscando drogas. El
can olisqueaba valijas y mochilas. En la banquina había un micro con varias
valijas sospechosas fuera del buche que habían sido identificadas por el
animal. Varios de los pasajeros estaban fuera del bus con su equipaje de mano
que también iba a ser sometidos al olisqueo. Apuesto a que había marihuana!
En todo El Bolsón, había muchos carteles que decían “100% libre de humo de tabaco”. Tuvieron la inteligencia de aclarar que el humo era de tabaco y no de otras hierbas. De hecho no olimos tanto tabaco, como si marihuana en toda nuestra estadía.
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