martes, 29 de abril de 2014

Al Amber Fort en elefante!!!!

By Sole

14 de febrero de 2014

Teníamos programada la visita al Amber Fort, así que nos levantamos a las 7 hs y rápidamente bajamos a desayunar; teníamos menos de una hora para estar listos.

El desayuno del Shapura House estaba bien; incluía frutas, panes, queso, infusiones, yogurt, algunos alimentos calientes y huevos revueltos. Ya que estamos voy a aprovechar para hacer un comentario sobre la leche: era horrible!!! No me refiero a la leche de este hotel en particular, sino a todas las que probé, siempre acompañada de café, en la India. En ese país es común que los dueños de vacas y búfalos (y tal vez otros mamíferos) ordeñen sus animales, recolecten la leche en tarros y la vendan en las ciudades a particulares o a las empresas lácteas. En consecuencia, uno termina tomando una mezcla de leche de diferentes orígenes, y que tenía un sabor extraño.

Luego de llenar la panza, salimos puntualmente a las 8 y nos encontramos a Ravi. Nos subimos al Toyota con rumbo a la ciudad vieja de Jaipur, fundada en 1728 por el maharajá (una especie de rey o sultán), y diseñada siguiendo un antiguo tratado de arquitectura: con una muralla y avenidas que la dividen en nueve cuadrantes, dos ocupados por el Palacio de la ciudad (residencia del maharajá), el Palacio de los vientos y el Observatorio, y los siete restantes para el pueblo. Actualmente esto es el casco histórico, extendiéndose la ciudad más nueva por fuera del muro con una distribución más desordenada pero totalmente acorde a la idiosincrasia india.

La primera parada fue en el Palacio de los Vientos (Hawa Mahal), donde nos encontramos con el nuevo guía. Lamentablemente no recuerdo su nombre, pero fue el mejor que tuvimos. Se notaba que era una persona más instruida que Boby (“Akbar, tercero mughal emperor”) y hablaba un buen castellano. Además manifestó pertenecer a la casta Brahman, por lo cual era vegetariano, no fumaba ni bebía alcohol, conforme a su dharma. Algo curioso es que con cada indio que hablamos, incluido Ravi, todos manifestaban pertenecer a la casta más alta…

Las edificaciones que están dentro de las murallas están todas pintadas del mismo color, dándole el nombre de “ciudad rosa” a Jaipur. Luego que Ravi nos hubiera dado la bienvendia a la “pink city”, nos miramos con Seba y nos preguntamos por qué los indios llaman ciudad rosa a una ciudad pintada de naranja??? Una paradoja más de la India!!!

Con el guía en el auto recorrimos los 11 km que separan a Jaipur del Amber Fort, una construcción amurallada del año 1727, donde vivieron hace tiempo los maharajás. Antes de llegar hicimos una parada para sacar una foto panorámica del fuerte. Justo, justo, justo paramos junto al encantador de serpientes; evitamos mirarlo, por miedo al ofidio y al pedido de tips

En el tour teníamos incluido el ascenso al fuerte en elefante!!! Siiii, íbamos a subir por primeras vez en nuestras vidas a un paquidermo!!! Ya advertidos por el guía, evitamos el contacto visual con los vendedores, quienes pululaban alrededor de los turistas ofreciendo libros, turbantes, remeras, tarjetas de memoria, cajitas, etc… Lo mejor de todo es que costaban “ten” o “twenty”. Gran momento timo para cazar europeos, japoneses y norteamericanos!!! Obviamente que ten no eran 10 Rp y twenty no eran 20 Rp, eran 10 o 20 dólares o euros… Deberíamos haberles ofrecido 10 o 20 pesos ya que les iban bien las monedas extranjeras…  Cayeron varias víctimas de tez muy blanca y mofletes colorados!!!

Amber Fort con caravana de elefantes

Escalera mediante subimos a la estructura de material de la altura de los elefantes y esperamos nuestra inminente subida. Los pobres estaban todos pintados (incluidas las uñas), y tenían en sus lomos mantas de colores y una cajita acolchonada con barandas de hierro a los costados, donde nos sentamos. Le habíamos dejado mi cámara al guía para que nos tomara algunas fotos; a nuestro fotógrafo se sumaron  los “fotógrafos del lugar”. No podíamos dejar de fotografiar el momento!!!

"Fotografos del lugar"

En un constante bamboleo, algo parecido a ir por una calle totalmente bacheada, nos incorporamos a la caravana de elefantes que ascendía al fuerte. Íbamos a ingresar al palacio como lo hacía en su momento el maharajá!!! Fue una experiencia muy divertida!!!

Desde el elefante!!!

Entramos al palacio y unos metros más adelante vimos la plataforma para bajar. Ufa, faltaba poco para que terminara el paseo!!! En ese momento Seba ya me advirtió “por lo que leí no hay que darle propina al conductor; espero que no nos tire desde acá arriba cuando no le dé nada”. Cuando nos acercamos al sitio de descenso sucedieron dos cosas: vimos un cartel que aclaraba “No Tips Please” al tiempo que el chofer reclamaba su “Tip”. Antes de que concluyera el intercambio de palabras entre Seba y el hombre sobre la propina y la validez del cartel, ya habíamos abandonado el lomo del animal. No hubo tip!!! No sé quien se llevará el dinero, pero este paseo turístico no califica justamente de barato… el precio era de 900 Rp por elefante!!!

Entrando al palacio como el Maharajá!!!

Nos reencontramos con el guía, y fuimos a sacar la entrada combinada de 300 Rp que incluía al Amber Fort, el Observatorio y el Palacio de los Vientos.
Realmente fue una visita que valió la pena!!! Dejando de lado el Taj Mahal, fue la construcción que más nos gustó; superó incluso al Agra Fort que nos había gustado mucho. El complejo consiste en una sucesión de palacios con patios y habitaciones que por ser más recientes estaban en mejor estado de conservación que los otros lugares que habíamos visitado. En algunos sectores aún se podían ver pinturas en las paredes, además de las clásicas incrustaciones. No faltaba el palacio para el invierno y el palacio de verano con un sistema de canaletas para ayudar a refrescar el lugar.



El habitante más importante del lugar fue el maharajá Sawai Jai, quien vivió en el palacio con varias esposas y un número exorbitante de concubinas, hasta que escasearon los recursos –principalmente el agua- y decidió mudar la capital de su reino a Jaipur. Según nuestro guía, este hombre sexualmente insaciable quería todas las mujeres para él y para evitar problemas sus damas sólo tenían contacto con guardias de seguridad eunucos.

Ganesh Pol en Amber Fort

Acorde a la religiosidad de los indios, el complejo también tenía un templo dedicado a la diosa hindú Kali. El guía nos sugirió que visitemos el interior, y tras dudarlo unos instantes aceptamos su sugerencia. Nos quitamos los zapatos, las medias y los cinturones, los cuales dejamos junto a las cámaras de foto al cuidado del hombre que estaba en la puerta (obviamente el “cuidador”). No puedo explicar lo frío que estaba el piso de mármol!!! Dentro de una habitación de mármol blanco vimos la imagen de la diosa Kali y junto a ella un par de hombres que recibían las ofrendas (principalmente guirnaldas de flores naranjas y botellas de bebidas alcohólicas) y daban una “bendición”. Imitando lo que hacía nuestro guía, quien parecía ser muy devoto, pusimos las manos para saludar con un “namasté” y nos hicieron un punto rojo en el entrecejo. A pesar de no estar muy seguros de lo que estábamos haciendo y no practicar la religión fue una experiencia muy linda.


Otro de los lugares llamativos del fuerte es el salón de los espejos con múltiples incrustaciones de estos en las paredes y techos, que teóricamente crean un juego de luces muy bonito cuando uno enciende una vela.

Salón de los espejos

También son destacables las torres desde las que se pueden ver el Jaigarh Fort y alrededores. Si bien en la actualidad no hay maharajás en los lugares aptos para ser visitados, si hay muchos monos!!! Es muy interesante poder observar de cerca a estos animalitos que simulan estar ajenos a lo que sucede a su alrededor, pero en realidad es tan muy atentos a la caza de alimentos!!! Así que hay que tener cuidado y evitar sacar comida, salvo que uno quiera correr el riesgo de ser saqueado y en el peor de los casos mordido.

Monkeys!!!

Recuerdan que en nuestro paseo en elefante nos cruzamos con los fotógrafos del lugar??? Cuando estábamos en pleno recorrido hicieron su aparición!!! Más precisamente apareció un muchacho con álbum (esos que las casas de fotografía entregaban cuando uno llevaba a revelar los viejos rollos) con 8 fotos en el interior. Inició ofreciéndonos su trabajo a cambio de 1000 Rp. WTF??? Ya sabíamos que esto iba a suceder y que si queríamos las fotos las podíamos conseguir a 50 Rp cada una. No sabíamos cómo habían salido las que teníamos en nuestra cámara, así que accedimos al juego… el juego del regateo!!! Si no nos vendía las fotos, no se las podía vender a nadie. Negociamos que no queríamos el álbum, ni todas las fotos, y entre ofertas y contra-ofertas terminamos en 200 Rp por 5 fotos sueltas. “Excelente precio!!!”, fueron las felicitaciones del guía por el trabajo de regateo.

Cerca de las 11 de la mañana, momento en que estaban ingresando los últimos elefantes, salimos del lugar. La salida con el auto estuvo congestionada, y tardamos varios minutos para llegar a la ruta que iba hacia Jaipur. Cuando ya estábamos yendo a una velocidad aceptable, notamos que nos perseguía un motociclista. Ravi se detuvo en una curva que tenía banquina y junto a la ventana delantera lo hizo el perseguidor: nuestro chofer nos había vendido a otro vendedor de fotos!!! Tras otra larga negociación (a través de la ventanilla del auto) terminamos comprando dos fotos más, tomadas desde otro ángulo, pagando mucho menos de lo que nos había pedido originalmente (creo que 100 Rp en lugar de 1000), pero al fin y al cabo haciendo un gasto que por más chico que fuera (menos de dos dólares) no teníamos previsto realizar. Más allá de ser pequeñas estafas, estas pequeñas avivadas indias para aprovecharse de los turistas las tomábamos como parte del paisaje, y no nos iban a impedir disfrutar de todo lo que estábamos viviendo.


2 comentarios:

  1. que lindo!!! chicos me dieron muchas ganas de visitar Al Amber Fort!! los felicito excelente relato y muy buenas fotos!!

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