By Sole
14 de
febrero de 2014
Teníamos programada la visita al Amber Fort, así que nos levantamos a las 7 hs y
rápidamente bajamos a desayunar; teníamos menos de una hora para estar listos.
El
desayuno del Shapura House estaba bien; incluía frutas, panes, queso,
infusiones, yogurt, algunos alimentos calientes y huevos revueltos. Ya que
estamos voy a aprovechar para hacer un comentario sobre la leche: era
horrible!!! No me refiero a la leche de este hotel en particular, sino a todas las que probé, siempre acompañada de café, en la India. En ese país es común que los dueños de
vacas y búfalos (y tal vez otros mamíferos) ordeñen sus animales, recolecten la
leche en tarros y la vendan en las ciudades a particulares o a las empresas
lácteas. En consecuencia, uno termina tomando una mezcla de leche de diferentes
orígenes, y que tenía un sabor extraño.
Luego de llenar la panza, salimos puntualmente a las 8 y nos
encontramos a Ravi. Nos subimos al Toyota con rumbo a la ciudad vieja de
Jaipur, fundada en 1728 por el maharajá (una especie de rey o sultán), y
diseñada siguiendo un antiguo tratado de arquitectura: con una muralla y
avenidas que la dividen en nueve cuadrantes, dos ocupados por el Palacio de la
ciudad (residencia del maharajá), el Palacio de los vientos y el Observatorio,
y los siete restantes para el pueblo. Actualmente esto es el casco histórico,
extendiéndose la ciudad más nueva por fuera del muro con una distribución más
desordenada pero totalmente acorde a la idiosincrasia india.
La primera parada fue en el Palacio de los Vientos (Hawa
Mahal), donde nos encontramos con el nuevo guía. Lamentablemente no recuerdo su
nombre, pero fue el mejor que tuvimos. Se notaba que era una persona más
instruida que Boby (“Akbar, tercero mughal emperor”) y hablaba un buen
castellano. Además manifestó pertenecer a la casta Brahman, por lo cual era
vegetariano, no fumaba ni bebía alcohol, conforme a su dharma. Algo curioso es
que con cada indio que hablamos, incluido Ravi, todos manifestaban pertenecer a
la casta más alta…
Las edificaciones que están dentro de las murallas están
todas pintadas del mismo color, dándole el nombre de “ciudad rosa” a Jaipur.
Luego que Ravi nos hubiera dado la bienvendia a la “pink city”, nos miramos con
Seba y nos preguntamos por qué los indios llaman ciudad rosa a una ciudad
pintada de naranja??? Una paradoja más de la India!!!
Con el guía en el auto recorrimos los 11 km que separan a
Jaipur del Amber Fort, una construcción amurallada del año 1727, donde vivieron
hace tiempo los maharajás. Antes de llegar hicimos una parada para sacar una
foto panorámica del fuerte. Justo, justo, justo paramos junto al encantador de
serpientes; evitamos mirarlo, por miedo al ofidio y al pedido de tips…
En el tour teníamos incluido el ascenso al fuerte en
elefante!!! Siiii, íbamos a subir por primeras vez en nuestras vidas a un
paquidermo!!! Ya advertidos por el guía, evitamos el contacto visual con los
vendedores, quienes pululaban alrededor de los turistas ofreciendo libros,
turbantes, remeras, tarjetas de memoria, cajitas, etc… Lo mejor de todo es que
costaban “ten” o “twenty”. Gran momento timo para cazar europeos, japoneses y
norteamericanos!!! Obviamente que ten no eran 10 Rp y twenty no eran 20 Rp,
eran 10 o 20 dólares o euros… Deberíamos haberles ofrecido 10 o 20 pesos ya que
les iban bien las monedas extranjeras…
Cayeron varias víctimas de tez muy blanca y mofletes colorados!!!
Amber Fort con caravana de elefantes |
Escalera mediante subimos a la estructura de material de la
altura de los elefantes y esperamos nuestra inminente subida. Los pobres
estaban todos pintados (incluidas las uñas), y tenían en sus lomos mantas de
colores y una cajita acolchonada con barandas de hierro a los costados, donde
nos sentamos. Le habíamos dejado mi cámara al guía para que nos tomara algunas
fotos; a nuestro fotógrafo se sumaron
los “fotógrafos del lugar”. No podíamos dejar de fotografiar el
momento!!!
"Fotografos del lugar" |
En un constante bamboleo, algo parecido a ir por una calle
totalmente bacheada, nos incorporamos a la caravana de elefantes que ascendía
al fuerte. Íbamos a ingresar al palacio como lo hacía en su momento el
maharajá!!! Fue una experiencia muy divertida!!!
Desde el elefante!!! |
Entramos al palacio y unos metros más adelante vimos la
plataforma para bajar. Ufa, faltaba poco para que terminara el paseo!!! En ese
momento Seba ya me advirtió “por lo que leí no hay que darle propina al
conductor; espero que no nos tire desde acá arriba cuando no le dé nada”.
Cuando nos acercamos al sitio de descenso sucedieron dos cosas: vimos un cartel
que aclaraba “No Tips Please” al tiempo que el chofer reclamaba su “Tip”. Antes
de que concluyera el intercambio de palabras entre Seba y el hombre sobre la
propina y la validez del cartel, ya habíamos abandonado el lomo del animal. No
hubo tip!!! No sé quien se llevará el dinero, pero este paseo turístico no
califica justamente de barato… el precio era de 900 Rp por elefante!!!
Entrando al palacio como el Maharajá!!! |
Nos reencontramos con el guía, y fuimos a sacar la entrada
combinada de 300 Rp que incluía al Amber Fort, el Observatorio y el Palacio de
los Vientos.
Realmente fue una visita que valió la pena!!! Dejando de
lado el Taj Mahal, fue la construcción que más nos gustó; superó incluso al
Agra Fort que nos había gustado mucho. El complejo consiste en una sucesión de
palacios con patios y habitaciones que por ser más recientes estaban en mejor
estado de conservación que los otros lugares que habíamos visitado. En algunos
sectores aún se podían ver pinturas en las paredes, además de las clásicas
incrustaciones. No faltaba el palacio para el invierno y el palacio de verano
con un sistema de canaletas para ayudar a refrescar el lugar.
El habitante más importante del lugar fue el maharajá Sawai Jai, quien vivió en el palacio con varias esposas y un número exorbitante de concubinas, hasta que escasearon los recursos –principalmente el agua- y decidió mudar la capital de su reino a Jaipur. Según nuestro guía, este hombre sexualmente insaciable quería todas las mujeres para él y para evitar problemas sus damas sólo tenían contacto con guardias de seguridad eunucos.
Ganesh Pol en Amber Fort |
Acorde a la religiosidad de los indios, el complejo también
tenía un templo dedicado a la diosa hindú Kali. El guía nos sugirió que
visitemos el interior, y tras dudarlo unos instantes aceptamos su sugerencia.
Nos quitamos los zapatos, las medias y los cinturones, los cuales dejamos junto
a las cámaras de foto al cuidado del hombre que estaba en la puerta (obviamente
el “cuidador”). No puedo explicar lo frío que estaba el piso de mármol!!!
Dentro de una habitación de mármol blanco vimos la imagen de la diosa Kali y
junto a ella un par de hombres que recibían las ofrendas (principalmente
guirnaldas de flores naranjas y botellas de bebidas alcohólicas) y daban una
“bendición”. Imitando lo que hacía nuestro guía, quien parecía ser muy devoto,
pusimos las manos para saludar con un “namasté” y nos hicieron un punto rojo en
el entrecejo. A pesar de no estar muy seguros de lo que estábamos haciendo y no
practicar la religión fue una experiencia muy linda.
Otro de los lugares llamativos del fuerte es el salón de los
espejos con múltiples incrustaciones de estos en las paredes y techos, que
teóricamente crean un juego de luces muy bonito cuando uno enciende una vela.
Salón de los espejos |
También son destacables las torres desde las que se pueden ver el Jaigarh Fort
y alrededores. Si bien en la actualidad no hay maharajás en los lugares aptos
para ser visitados, si hay muchos monos!!! Es muy interesante poder observar de
cerca a estos animalitos que simulan estar ajenos a lo que sucede a su
alrededor, pero en realidad es tan muy atentos a la caza de alimentos!!! Así
que hay que tener cuidado y evitar sacar comida, salvo que uno quiera correr el
riesgo de ser saqueado y en el peor de los casos mordido.
Monkeys!!! |
Recuerdan que en nuestro paseo en elefante nos cruzamos con
los fotógrafos del lugar??? Cuando estábamos en pleno recorrido hicieron su
aparición!!! Más precisamente apareció un muchacho con álbum (esos que las
casas de fotografía entregaban cuando uno llevaba a revelar los viejos rollos)
con 8 fotos en el interior. Inició ofreciéndonos su trabajo a cambio de 1000
Rp. WTF??? Ya sabíamos que esto iba a suceder y que si queríamos las fotos las
podíamos conseguir a 50 Rp cada una. No sabíamos cómo habían salido las que
teníamos en nuestra cámara, así que accedimos al juego… el juego del regateo!!!
Si no nos vendía las fotos, no se las podía vender a nadie. Negociamos que no
queríamos el álbum, ni todas las fotos, y entre ofertas y contra-ofertas
terminamos en 200 Rp por 5 fotos sueltas. “Excelente precio!!!”, fueron las
felicitaciones del guía por el trabajo de regateo.
Cerca
de las 11 de la mañana, momento en que estaban ingresando los últimos
elefantes, salimos del lugar. La salida con el auto estuvo
congestionada, y tardamos varios minutos para llegar a la ruta que iba hacia
Jaipur. Cuando ya estábamos yendo a una velocidad aceptable, notamos que nos
perseguía un motociclista. Ravi se detuvo en una curva que tenía banquina y
junto a la ventana delantera lo hizo el perseguidor: nuestro chofer nos había
vendido a otro vendedor de fotos!!! Tras otra larga negociación (a través de la
ventanilla del auto) terminamos comprando dos fotos más, tomadas desde otro
ángulo, pagando mucho menos de lo que nos había pedido originalmente (creo que
100 Rp en lugar de 1000), pero al fin y al cabo haciendo un gasto que por más
chico que fuera (menos de dos dólares) no teníamos previsto realizar. Más allá
de ser pequeñas estafas, estas pequeñas avivadas indias para aprovecharse de
los turistas las tomábamos como parte del paisaje, y no nos iban a impedir
disfrutar de todo lo que estábamos viviendo.
que lindo!!! chicos me dieron muchas ganas de visitar Al Amber Fort!! los felicito excelente relato y muy buenas fotos!!
ResponderEliminarGracias!!!
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