Mayo 2012
Una vez más nos levantamos y desayunamos en el balcón. Estaba bastante ventoso y nublado, se había acabado la racha de días soleados. Con nostalgia recorrimos por última vez las calles de Old Town, en esta ciudad que tan cálidamente nos había recibido. Era hora de partir...
Una vez más nos levantamos y desayunamos en el balcón. Estaba bastante ventoso y nublado, se había acabado la racha de días soleados. Con nostalgia recorrimos por última vez las calles de Old Town, en esta ciudad que tan cálidamente nos había recibido. Era hora de partir...
Puerta de Pile |
Al mediodía tomamos un taxi. Teníamos pensado ir al
aeropuerto en bus y taxi, pero el sr Peric nos recomendó tomar directamente el
taxi, ya que no había mucha diferencia de dinero y era más rápido. Ir solo en
taxi nos costaba 200 kn, hacer la combinación y caminar algunas cuadras con la
valija unas 150 kn.
El viaje duró unos 40 minutos. El tachero apretó el acelerador a fondo y
fuimos flameando por una ruta costera; realmente conducía rápido.
El aeropuerto era pequeño, apenas había 2 negocios que vendían recuerdos del
lugar a altos precios, baños y un bar. Como en el primer mundo hicimos el self-check in en una máquina y después nos acercamos a un mostrador a despachar
las valijas.
La otra manera de ir de Dubrovnik a Zagreb es tomando un micro lechero, que por lo que habíamos leído va parando en varias ciudades intermedias haciendo el viaje interminable. La perspectiva de no poder dormir en un bus que hace tantas paradas nos hizo optar por el avión.
Cuando llegamos el lugar estaba lleno de orientales; seguramente pertenecían a algún tour turístico. Además de nuestro vuelo a Zagreb, había uno programado hacia Barcelona. Deben haber ido para ahí, porque a nuestro avión no subieron. En el lugar nos llamó la atención que había dos parejas, que hablaban en inglés, formadas por hombres caucásicos y mujeres orientales. Cómo podrían llevarse como pareja, personas con costumbres y culturas tan diferentes?
Cuando llegamos el lugar estaba lleno de orientales; seguramente pertenecían a algún tour turístico. Además de nuestro vuelo a Zagreb, había uno programado hacia Barcelona. Deben haber ido para ahí, porque a nuestro avión no subieron. En el lugar nos llamó la atención que había dos parejas, que hablaban en inglés, formadas por hombres caucásicos y mujeres orientales. Cómo podrían llevarse como pareja, personas con costumbres y culturas tan diferentes?
Pasamos por el scanner de seguridad y luego tuvimos que
caminar por la pista hasta el avión, al que subimos por una escalera. El viaje
fue tranquilo. Durante el vuelo nos dieron una bebida y unas galletitas, de
hecho pasó la azafata con una bolsa donde uno se agarraba su paquetito de
galletitas. Ignotos, agarramos una cada uno. El hombre que estaba sentado al
lado nuestro sumergió la mano en la bolsa y agarró como 10 paquetes, los que
se engulló casi sin respirar en 10 minutos; un atracón de
mini-galletitas!
Luego de una hora llegamos al aeropuerto de Zagreb. Ahí
nos estaba esperando un taxi que habíamos contratado previamente por medio del
administrador de los departamentos donde íbamos a alojarnos. Creo que duró lo
mismo el viaje en avión de Dubrovnik a Zagreb, que del aeropuerto al
departamento.
El aeropuerto estaba ubicado en las afueras de la ciudad.
Por la hora que llegamos, alrededor de las 5 de la tarde, el tránsito era
infernal, había autos por todos lados! Pasamos por zonas de fábricas, empresas
(hasta pasamos por la sucursal de NovoNordisk), grandes supermercados y
shoppings, para después de dar mil vueltas terminar en la zona céntrica, de
construcciones más antiguas.
Nos alejamos en Villa Antunovak, un complejo de 2 pisos
con mini-apartamentos. El nuestro era un estudio con una cama, sofá, mesa con
sillas y una kitchenette integrada, con una heladera de bajo mesada, horno
microondas, un mueble con vajillas en su interior y una bacha. Para nuestra
estadía programada de 36 hs, estaba más que bien.
Dejamos el equipaje y nos fuimos a dar unas vueltas por el
vecindario. Caminamos unas cuadras por Ilica, una de las avenidas principales.
Me pareció una ciudad de aspecto triste. Todas las edificaciones tenían 5 pisos,
con paredes y ventanas de colores opacos que alternaban entre marrón, gris y verde oscuro. Todos los
edificios muy similares, sin ornamentaciones, simples, seguramente son las
consecuencias de todos los años de régimen comunista a los que estuvieron
sometidos.
Estábamos bastante cansados a pesar de no haber hecho nada
en todo el día, así que pasamos por un supermercado a comprar comida para la cena; ni ganas de salir a cenar teníamos! Esa
noche preparé una ensalada de atún en el departamento con un par de latas,
lechuga y tomate; sencilla y sabrosa. Nos fuimos a dormir temprano, al día
siguiente teníamos que recorrer Zagreb!
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