jueves, 29 de agosto de 2013

Fin de año en San Pedro

By Sole

En 2012 decidimos hacer algo diferente para fin de año: escapar de Buenos Aires!

Luego de dar algunas vueltas y evaluar diferentes opciones decidimos ir a San Pedro.

Salimos el viernes 27 a la tarde, y en unas 2 horas y media llegamos. El viaje fue un poco estresante en algunos sectores de la ruta ya que por un carril iban camiones, y por el otro autos particulares que parecían estar corriendo en la fórmula 1. O íbamos a 80 km/hr detrás de los camiones o íbamos a la velocidad permitida, sin exceder el límite máximo, intentando que ningún coche nos pasara por encima. Ya que estamos voy a aprovechar para quejarme del estado deplorable de la ruta, con baches, banquinas en mal estado y huellas de camiones; desde ya que tuvimos que pagar peaje. Tienen el descaro de cobrar $5 por transitar por ahí! se les debería caer la cara de vergüenza!!!
La ruta de entrada a la ciudad directamente tenía un cartel que decía "Ruta en mal estado, velocidad máxima 30 Km/hr". Increíble!!!

Fuimos directamente hacia la cabaña que habíamos alquilado, que estaba ubicada en los alrededores de San Pedro, en el camino hacia Vuelta de Obligado. En esa ruta había varios complejos de cabañas, algunos construidos sobre la barranca que bordea al riacho San Pedro y otros más abajo en las inmediaciones del mismo.
Nuestro complejo, Cabañas Manantiales de Obligado, estaba emplazado a unos 150 metros del río, barranca abajo. Estaba conformado por 6 cabañas, construidas sobre pilotes de madera, a unos 2 metros del piso. El espacio que quedaba debajo de las mismas auspiciaba de cocheras. Las cabañas eran bastante sencillas, con una decoración algo rústica, más que nada valían la pena por el deck que tenían delante de la puerta y la parrilla individual. No tenían wifi ni tv por cable, y la señal de celular era prácticamente nula. Resultó un lugar interesante para descansar, y estar aislados del mundo.


Complejo de Cabañas Manantiales de Obligado

El complejo tenía un gran parque, con algunas aves sueltas como gallinas, patos y gansos, pileta, juegos infantiles, muchos árboles y hasta una zona de pesca frente al río.
La mayor parte del tiempo estuvimos dentro del complejo realizando alguna actividad, y sólo fuimos un par de veces hasta el pueblo a comprar víveres, conocer el lugar y las famosas ensaimadas.

Quiénes fueron los protagonistas durante los 4 días que estuvimos ahí?
La pileta: aprovechamos los horarios en que no había mucha gente para "nadar", como lo haría instintivamente un perro en lo que a mi refiere. No puedo incluir en la misma descripción a Seba, que es un gran nadador, que en su juventud hasta compitió en ese deporte.
La caña de pescar: fuimos varias veces a diferentes horarios al río, a pescar. No pudimos sacar más que un par de mojarritas!!! Una gran frustración.
El deck de madera del frente de la cabaña: lo más destacable del lugar. Cada cabaña tenía su deck, con mesa y sillas. Me pareció un lugar muy lindo para desayunar, almorzar, o simplemente estar tomando aire. Por la orientación de la cabaña, teníamos sol a la mañana en el desayuno,y en el almuerzo, cuando ya comenzaba a picar, teníamos sombra, haciéndolo un lugar ideal para estar.
La parrilla: todas las noches que estuvimos estuvo funcionando a full; 3 noches de asado y 1 de pizza a la parrilla, una innovación!
Las bicicletas: la mañana del 31 Seba intentó matarme sacándome a andar en bicicleta. Soy muy torpe, y hace años que no ando en bici. Mis habilidades con ese aparato son muy limitadas, y las bicis que había en las cabañas en cualquier momento se partían en 8 pedazos; la mía no tenía frenos! Accedí al paseo matutino por un camino de ripio que estaba entre la barranca y el lugar donde estábamos. La superficie era un tanto irregular y tenía zonas en subida y en bajada. Aún no sé como no me estrellé contra el piso en esas bajadas. Seba iba felíz en caída libre, sin pedalear, y yo gritándole desde atrás "me querés matar!!!! salí de mi camino que me caigo, ahhhhh!!!!!!".
Los insectos: descubrimos que los mosquitos son resistentes a todo!!! Nos pasamos los 4 días embadurnados en relepentes y a pesar de eso, se las ingeniaron para picarnos, y muuucho. También había polillas, mosquitas, cascarudos y hasta luciérnagas. A la noche se hacían insoportables!!!!
Las ensaimadas: según dicen, uno no conoce San Pedro, si no ha comido una ensaimada. En función de esto ya puedo decir que conocí San Pedro. La famosa ensaimada es una especie de masa de factura del tamaño de una figaza, partida al medio y rellena con crema pastelera o dulce de leche. Pedimos una rellena con dulce de leche, y qué nos trajeron? una bomba a punto de explotar. Creo que eso tenía un pote de medio kilo de dulce en su interior; una orgía de dulce de leche, super empalagosa!!!
Las motos: en San Pedro debe haber 1 moto cada 2 habitantes. Es impresionante la cantidad de motos que hay por la calle, y algunas eran realmente familiares. Nos cruzamos con una que llevaba 4 personas, 2 adultos y 2 niños. Si bien iban a baja velocidad, me pareció algo bastante peligroso llevar bebes o niños pequeños en esos vehículos. Además nadie llevaba casco!!!
Los duraznos: la zona se caracteriza por los cultivos de duraznos y cítricos. Realmente los duraznos me parecieron mucho más interesantes que las ensaimadas. Si van a San Pedro no dejen de probarlos. Compramos en 2 lugares distintos y ambos resultaron ser exquisitos. En la entrada hay varios locales pequeños que venden productos regionales y frutas con muy buenos precios. Conseguimos 2 kg de duraznos de muy buena calidad a $10!!!! Muchísimo mejor que los que en Buenos Aires pagamos $18 por kilo!!!!
El canto del gallo: en el predio había un par de gallos que cantaban durante todo el día. Había uno particularmente desubicado que se ponía a cantar a las 3 y algo de la madrugada!!!! En medio del silencio de la noche de repente se escuchaba "kikiriki".
Entretenimientos varios: Barajas, dados, sudokus y libros, tuvieron su lugar en los momentos de descanso o los ratos en los que estaba nublado.


Pescando al atardecer

En resumidas palabras estas fueron las actividades destacada en el lugar. En el pueblo no había demasiado para ver y ni siquiera me pareció interesante la costanera con los "miradores a la laguna de San Pedro". Desde los miradores no se veía más que árboles y apenas una franja de agua.
También pasamos por Vuelta de Obligado, un pueblito muy pequeño que tiene un parque histórico conmemorativo de la batalla de igual nombre. Al ingresar al parque, me dio la impresión de ingresar a un cementerio privado, con un camino de maderas y a los costados pasto muy bien cortado y algunos árboles y plantas dispersas, que culminaba en un monumento con cadenas y un mirador mucho más lindo que el de San Pedro.


PD: no hay fotos del mirador porque nos quedamos sin batería en la cámara!

No hay comentarios:

Publicar un comentario