By Sole
Amaneció
nublado, y lloviznando. Luego de desayunar fuimos a buscar el auto que había
quedado estacionado en el estacionamiento de la hostería. Cuando estuvimos
frente a él no podíamos creer lo que veíamos “Noooooo!!!!”. La rueda trasera izquierda estaba baja!!!! La
maldición de la rueda pinchada nos perseguía hasta allá!!!! Seba, que a estas
alturas ya es un experto cambiador de ruedas, agarró el cricket y la rueda de
auxilio del baúl, y realizó su trabajo con gran destreza.
Con
la rueda de repuesto puesta buscamos una gomería, donde buscaron la pinchadura que nunca apareció; aparentemente se había metido una piedrita entre la
llanta y el neumático, haciéndola perder aire. La volvieron a inflar y la
colocaron. La joda costó $50.
La
idea del día, era tomar la ruta 7 lagos, actualmente RN40, e ir parando en los lagos según tuviésemos
ganas. Salimos de SMA por la ruta, con el lago Lacar hacia nuestra derecha. Del
lado izquierda, en la ladera del cerro, identificamos la cabaña que se construyó y utilizó para grabar la novela
“Alen, luz de luna” en el año 1996, con Gustavo Bermudez y Hector Alterio, actualmente devenida en vinería- restaurante.
El
tiempo seguía feo, con lloviznas intermitentes, lo que le quitaba un poco de
esplendor al paisaje. No es lo mismo ver los lagos con el reflejo del sol, que un día nublado y con lluvia. Respetando carteles de señalización, sobretodo
el de velocidad máxima, fuimos recorriendo esta ruta de faldeo de montaña,
pavimentada, con muchas curvas y contra-curvas, por suerte no tan cerradas como
las del camino a Hua Hum. Un detalle que no quiero dejar de comerntar es que en el trayecto una innumerable cantidad de autos y camionetas nos "hicieron luces" para que fuésemos más rápido!!! Debemos haber recibido muchas puteadas al no hacerle caso a todos esos suicidas, pero como estábamos dentro del auto con las ventanillas altas no nos enteramos de nada.
Pasamos
los carteles que indicaban el desvío a Quila Quina y Catritre a la derecha, y
la ruta a Chapelco a la izquierda, así como también los miradores del Pil Pil y
del arroyo Partido (divisoria de aguas).
Recién
nos detuvimos en el mirador del lago Machónico, ubicado a unos 30 km de SMA, del lado derecho del camino. Si bien se suele practicar deportes acuáticos en el lugar, ese día esta desierto! Apenas bajamos a sacar una
foto. Seguía fresco, con algo de resolana por momentos y las nubes estaban muy
bajas; a medida que pasaban los minutos cada vez se veía menos.
Seguimos
unos 5 km
más, donde nos desviamos por un camino de ripio, que conducía al lago Hermoso,
que estaba unos 2 km
hacia la derecha, por lo que no se veía desde la ruta. El ripio estaba en mucho mejor estado comparado con el que
habíamos recorrido el día previo para llegar al lago Tromen.
Paramos cerca de la playa y área de acampe, frente al lago. Había una lancha parada frente a la costa lo que indicaba que había algo de vida en la región, aunque no vimos a nadie. Caminamos un par de metros, donde vimos un cartel que indicaba que estábamos en zona de “abeja chaqueta amarilla”. Mejor no sacar alimentos!!! No había mucho para hacer ahí en ese día desapacible, así que volvimos rápidamente a acogedor calorcito del auto.
Paramos cerca de la playa y área de acampe, frente al lago. Había una lancha parada frente a la costa lo que indicaba que había algo de vida en la región, aunque no vimos a nadie. Caminamos un par de metros, donde vimos un cartel que indicaba que estábamos en zona de “abeja chaqueta amarilla”. Mejor no sacar alimentos!!! No había mucho para hacer ahí en ese día desapacible, así que volvimos rápidamente a acogedor calorcito del auto.
Lago Hermoso |
Retornamos a la ruta, y
Cascada Vulliñanco |
Seguimos unos kilómetros más hasta el lago Villarino, donde dimos media vuelta ya que a pocos metros comenzaba el camino de ripio. Volvimos unos cientos de metros y nos estacionamos frente al lago Falkner que habíamos pasado minutos antes.
Lago Villarino |
Cada vez llovía más fuerte, así que nos quedamos un rato estacionados bajo un árbol, tomando mate. En ese rato, tuvimos un desfile de aves cuya especie no logramos identificar, aún teniendo un librito de flora y fauna de la patagonia en inglés en la mano. Alguien está pensando que sómos 2 bichos raros??? No, ni un poquito!!!
Aves en Lago Falkner |
Una media hora después, iniciamos el retoro; estábamos a unos
Arroyo Partido |
También
paramos en el mirador Pil Pil, donde no se veía casi nada por la gran cantidad
de nubes bajas que había. Y aún desconozco que es lo que debería haber visto desde ahí! Tal vez algún día regresemos con sol y lo averigüemos!
Antes de regresar a la ciudad, hicimos un último desvío por el camino que conducía a Catritre, descendiendo por un camino de
ripio hacia la playa, a la cual no llegamos porque nos topamos con una barrera.
Por ser territorio mapuche, para acceder a la playa había que pagar peaje. Con el
día que estaba tan feo, no nos pareció muy atractivo pagar $15 para estacionar
el auto y sacar unas fotos en las que no se iba a ver nada. Así que como
pudimos dimos media vuelta y volvimos a ascender a la ruta; maniobra no apta para principiantes!
Una
parada más para sacar fotos en la ruta, y ya estábamos en SMA. Dimos una vuelta
por la ciudad, y cargamos combustible y devolvimos el auto con
el tanque lleno como indicaba el contrato.
Dimos una vuelta a pie por la ciudad pero como era el horario de la siesta, casi todos los negocios estaban cerrados. Sin otra opción mejor, decidimos ir a merendar en una de las chocolaterías de la ciudad, Arbolengo (San Martin 806). Pedimos un cortado, un chocolate caliente grande y una porción de tarta de manzana para compartir. Resultó un lugar acogedor, con muchas cosas ricas!
Volvimos
a la hostería para que Seba mirara un partido del Barça contra algún
equipo en el que ganó 2 a
1.
Pasadas
las 8 de la noche salimos a cenar. Como no llovía caminamos algunas cuadras
antes de ir al restaurante. Para la cena elegimos un viejo conocido: “Doña
Quela”, el mismo lugar de la 1º noche.
Seba pidió un ojo de bife con papas bravas (salsa de ají picante con alioli) y yo canelones de verdura ala Rossini . Mientras aguardábamos los generosos platos, nos trajeron pan casero con paté de berenjenas y el aceite con ají, igual que la vez
anterior.
Seba pidió un ojo de bife con papas bravas (salsa de ají picante con alioli) y yo canelones de verdura a
Mientras
Seba comía sus papas picantes comenzó a sudar!!! Le llovía agua de la pelada, el
clásico efecto de los picantes y los ácidos en él!!! Pero esta vez fue más lejos y hasta se le adormeció la
lengua!!! Afortunadamente sobrevivió a la cena sin tener que hacer una visita a la guardia!!! Con un poquito de tiempo y evitando las salsa picante, la reacción desapareció, nada iba a impredir que esa noche degustara un mousse de queso con frutos del bosque que ya tenía fichado!
Cuando
salimos llovía, así que volvimos rápidamente a la hostería.
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