viernes, 1 de junio de 2018

Y si visitamos la Casa Rosada???

By Sole

15 Mayo 2016 (comentarios 1 Junio 2018)

Desde hacía un tiempo teníamos ganas de visitar la casa de gobierno. Si bien había ido con el colegio cuando era chica, los recuerdos que tenía eran mínimos; para Seba iba a ser toda una novedad. Como siempre que tenemos una inquietud...  consultamos a nuestro guru Google!!! En minutos estábamos en la página de Presidencia de la Nación (https://visitas.casarosada.gob.ar) haciendo la reserva para las visitas guiada gratuitas de los fines de semana y feriados. La cita quedó concertada para el domingo 15 de Mayo a las 16:00 horas.

Tal como indicaba la constancia de inscripción, 20 minutos antes del horario nos hicimos presentes en Balcarce 50. Nos sorprendió lo organizado que estaba el sistema: a medida que la gente iba entrando era distribuida en la fila del horario que le correspondía; en ese momento estaba la fila de las 16:00, 16:15 y 16:30 horas. Presentamos el DNI, pasamos por el scanner de seguridad e ingresamos al primer salón donde nos aguardaba la guía quien nos entregó las cintas rosas que iban a identificar al grupo.

El recorrido comenzó con una reseña histórica... La actual sede del poder ejecutivo nacional ocupa el predio donde se encontraba el Fuerte de Buenos Aires, el cual fue residencia de virreyes, y a partir de 1810 albergó a los sucesivos gobiernos patrios, incluyendo al primer presidente del país, Bernardino Rivadavia. Posteriormente fue abandonado, y volvió a ser sede del gobierno a partir de 1862 con Bartolomé Mitre.

El edificio actual es producto de la fusión de ese antiguo palacio de gobierno, y el edificio de Correos y Telégrafos inaugurado en 1879. El arquitecto italiano Francesco Tamburini (autor del proyecto del teatro Colón) fue el encargado de construir el gran arco central –entrada de Balcarce 50- que unió las dos estructuras. Como recordaba de mi visita de la infancia, para lograr el color rosado de la casa originalmente fue pintada con cal mezclada con sangre de ganado; en la actualidad es simplemente pintura rosa.


Balcarce 50

Enseguida pasamos a la galería de los patriotas latinoamericanos del bicentenario, inaugurada el 25 de mayo de 2010 conmemorando los  200 años de la Patria. En este salón se exhibían los retratos de distintas personalidades latinoamericanas (hace un tiempo salió en el diario que los habían descolgado).



Galería de los Patriotas Latinoamericanos

En medio de tantas salas y salones, cruzamos un par de patios. El primero fue el Malvinas Argentinas inaugurado en 2012, a 30 años del hundimiento del Crucero General Belgrano. El segundo fue el patio del Aljibe que casualmente tenía un aljibe, que perteneció a Mariano Moreno, y un banco con el escudo nacional. A pesar de que el día no estaba lindo, y apenas los pudimos ver desde la puerta, nos parecieron muy lindos! 


Patio del Aljibe

Recorrimos rápidamente la "Galería de los ídolos populares", unos pasillos con fotos de personalidades resonantes del arte y el deporte; un par de imágenes me parecieron un tanto controvertidas. Habiendo tantas fotos de Sandro, tenían que elegir una con un cigarrillo en la mano? El otro fue Maradona, quien en lugar de tener una sola fotografía como el resto de los personajes, incluido Messi, tenía varias entre las que se destaca la del gol hecho con la mano… No me pareció la selección más feliz.

Como claro ejemplo de que la visión de la historia evoluciona y tiene distintas perspectivas, entramos al ex salón Colón devenido en salón de los pueblos originarios. Justamente desde la ventana de esa sala se veía antaño la estatua de Cristobal Colón que fuera reemplazada por una de Juana Azurduy (actualmente esa escultura fue movida nuevamente hacia la plaza del Correo).


Juana Azurduy (día de lluvia de 2016)

La casa también contaba con el salón de de los Científicos Argentinos del Bicentenario donde se rendía homenaje a Carlos Saavedra Lamas –el primer argentino y latinoamericano en recibir el premio Nobel de la Paz- y destacadas personalidades de la ciencia. Desde esta habitación donde se encontraban colgados varios retratos con sus respectivas inscripciones accedimos al famoso balcón desde donde distintos presidentes se han dirigido a su pueblo.

Seguimos nuestro recorrido por el patio de Honor o de las Palmeras, que se encuentraba ornamentando por cuatro palmeras de Yatay, representantes de la flora autóctona, y una fuente francesa.


Patio de las Palmeras

Para el final iban a quedar los lugares más icónicos como el Salón Blanco, las escaleras Italia y Francia, el despacho presidencial y el hall de Honor.

Comenzamos con el Salón Blanco con toda su elegancia incluidas la majestuosa araña con más de 100 focos, las molduras decoradas con la técnica del “dorado a la hoja”, el piso en roble de Eslabonia que me gustaría tener en mi casa y el techo pintado por el italiano Luis de Servi que conmemoraba la revolución de Mayo y la declaración de la Independencia. En ese lugar se suele hacer el traspaso de la banda y el bastón presidencial –salvo algunas excepciones-, se toma el juramento a Ministros y Secretarios de Estado, y se dan discursos y mensajes trascendentes. En los últimos años también ha sido escenario de espectáculos no tan protocolares como recitales de músicos populares.


Salón Blanco
Techo del Salón Blanco

Merecen especial mención las imponentes escaleras Italia y Francia construidas en mármol de Carrara. La primera debe su nombre a la placa de mármol y bronce, con imágenes del Congreso nacional y el monumento romano a Vittorio Emanuele II, regalada por el gobierno de Italia como símbolo de fraternidad entre las dos naciones. Como es de esperar en el descanso de la escalera Francia (la que conduce al sector presidencial y cada mañana sube el presidente Macri), había un regalo de dicho país, más precisamente un gobelino con la figura del General San Martín a caballo que recuerda mucho a las imágenes de Napoleón Bonaparte.

La visita también incluyo un rápido paseo por área más custodiada de la casa: el sector presidencial. Ahí la indicación fue: avanzan en fila sin detenerse. En el pasillo que conducía al despacho nos llamó la atención el ascensor presidencial por su elegancia y sobre todo por su tamaño. Tranquilamente podría ser un ambiente más en un departamento. Este elevador alfombrado, con paredes de roble talladas que hasta tenía un banco acolchonado fue regalo de la Infanta Isabel de Borbón en 1910. Al final del corredor encontramos el despacho presidencial que pispiamos a través de la puerta, sin ingresar. Ahí estaba el sillón con el escritorio sobre el que había una foto familiar dándole un poco de humanidad al lugar.

Siguiendo las órdenes de la guía, y algo inhibidos por la mirada fija del personal de seguridad salimos un poco más rápido de lo que deseábamos del área restringida, entrando en la última parte del recorrido.

Tras bajar por la escalera Francia y pasar por el patio de las Palmeras ingresamos al Hall de Honor o Galería de los Bustos Presidenciales donde se encontraban expuestos los bustos realizados en mármol de Carrara de casi todos los presidentes Argentinos. En un principio estaban en los Recintos Presidenciales del primer piso, pero luego de 1973, se decidió su traslado a este hall.


Busto del ex-presidente Ricardo Alfonsín

En este lugar concluía la visita al palacio de gobierno. Con algunas sensaciones encontradas, pero conformes con el paseo realizado salimos a la calle, más precisamente a un costado de la Plaza de Mayo.

Desde ahí enfilamos hacia Rivadavia en busca de la parada de colectivo, pero… algo llamó nuestra atención y dejamos atrás el objetivo de volver a casa. Tres granaderos iban marchando en dirección a la catedral Metropolitana; el más alto iba delante secundado por los otros dos. Sin dudarlo le dije a Seba “Sigámoslos!!! Tal vez enganchamos el cambio de guardia!!!”. 

Fuimos caminando tan rápido como pudimos detrás de estos hombres que tal como presumíamos ingresaron en la Catedral. Cuando llegaron al mausoleo del General San Martín se detuvieron. Los más petisos quedaron en posición de firme, mientras que el de adelante se acercó al sepulcro donde intercambió un par de palabras con los turistas que estaban en los alrededores quienes raudamente abandonaron el lugar. Tras constatar que no quedaba nadie en la zona sacó una llave del bolsillo y cerró la reja que separaba el mausoleo del resto de la iglesia. En tono imperativo dijo algo, que no llegué a entender, que hizo que los dos granaderos que estaban apostados en el lugar lo siguieran uniéndose a los otros dos que habían quedado afuera. Y así los cinco hombres se fueron marchando. No pudimos ver el cambio de mando, pero sí el cierre diario del mausoleo.


Mausoleo del General San Martín

Ya que estábamos ahí, aprovechamos para dar una vuelta por el recinto observando la belleza del edificio con sus ornamentaciones y delicados detalles. Sin dudas, otro de los lugares de Buenos Aires que merecen una visita.


Catedral Metropolitana

Conclusiones del día:
  • La visita estuvo muy bien organizada. Nos tocó una muy buena guía, con excelente predisposición para responder preguntas tanto de adultos como de niños. Es una salida para disfrutar en familia, sobre todo si van con chicos en edad escolar.
  • Recuerden sacar su turno por Internet con tiempo. Nosotros lo sacamos un par de semanas antes. No olviden llevar el DNI para ingresar!!!
  • Una vez más Buenos Aires nos sorprendió con sus edificios llenos de historia y una belleza que no tiene nada que envidiarle a los más renombrados palacios europeos.


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