By Sole
10 de febrero
10 de febrero
Nos
levantamos temprano. Preparamos el desayuno: tostadas con queso Philadelphia y
yogurt. Al percibir lo que teníamos sobre la mesa Roti se volvió loco!!! No nos
dejó tranquilos hasta que le entregamos los potecitos vacíos: el perro resultó adicto
al yogurt!!!
Cerca
de las 9 partimos con Rajesh hacia Delhi. Seba estaba fresquito como una
lechuga, pero yo me levanté muy cansada, y a las 10 de la mañana ya tenía
sueño!
Comenzamos
por algo bien tranquilo: Lodi Gardens. Parecía que seguíamos buscando la
naturaleza en Delhi, esos pequeños oasis en medio de tanto caos. Nos
encontramos con un gran parque con varias construcciones bastante pintorescas
que resultaron ser tumbas de la dinastía Lodi. Al ser un lunes por la mañana
había muy poca gente, algún que otro caminante, estudiantes sentadas en el
pasto dibujando, pájaros, y varias ardillas que corrían libremente por las
ruinas con las que se camuflaban.
En muchas guías, al igual que Hauz Khas, lo ponen como un lugar para visitar “si sobra tiempo”. Disiento con ellas, a mi me parecen lugares dignos de ser visitados para tomar un respiro y mover un poco las piernas.
En muchas guías, al igual que Hauz Khas, lo ponen como un lugar para visitar “si sobra tiempo”. Disiento con ellas, a mi me parecen lugares dignos de ser visitados para tomar un respiro y mover un poco las piernas.
Siguiendo
el circuito turístico y recorrido de tumbas, fuimos a Humayun’s Tomb. Luego de los Lodi, allá por 1526 vinieron los
emperadores Mogoles, primero un tal Babur, el segundo Humayun, el tercero… ya
lo conoceremos más adelante.
A la hora de construir tumbas esta gente no reparaba en gastos, parece que a los muertos había que darle lo mejor! Cuando uno las visita cuesta pensar que semejante obras sea simplemente tumbas para que reposen cuerpos y no palacios para que moren los vivos; son verdaderas obras de arte!
La
tumba de Humayun data del año 1565, siendo su construcción encargada por una de
sus viudas unos años después de su muerte. Se cree que este edificio sirvió de
inspiración en la construcción del Taj Mahal varias décadas después.
Luego
de pagar la entrada de 250 Rp para extranjeros ingresamos al gran complejo de tumbas (Humayun no está solito). Nos encontramos con un camino que conducía a
un gran portal: el West Gate. Este daba acceso al jardín coronado por la tumba
principal de arenisca roja con un prominente domo de mármol blanco. Es
impactante la simetría y la alineación entre todas las estructuras que
conforman la residencia final de Humayun: el mausoleo, el parque circundante
con un sistema de canaletas y los cuatro portales, orientados hacia los cuatro
puntos cardinales.
Cualquier descripción del edificio resulta insuficiente e injusta, así que acá va la foto para que puedan apreciarlo con sus propios ojos.
Maravillado
por lo que veían sus ojos, Seba sacó su trípode. No llegó a tomar una foto que
apareció el señor guardia de seguridad con palote en mano señalando el trípode
y diciendo “not allowed”. Todos tenían problemas con el pobre trípode. Ojos que
no ven, corazón que no siente… seguimos sacando fotos del otro lado, fuera de
la vista de este hombre…
Se
puede visitar el interior del mausoleo, el cual consiste en un gran espacio
central de mármol blanco, interconectado con habitaciones secundarias en las que hay varias tumbas también de igual
material, iluminadas por la luz natural que proviene de las múltiples ventanas.
Es mucho más impresionante el exterior que el interior.
Antes
de abandonar el predio, visitamos la muestra sobre la historia del mausoleo hasta el día de hoy, incluyendo los períodos en que estuvo abandonado y sus
jardines se utilizaban con fines agrícolas.
A
medida que fue progresando la hora, fue aumentando la cantidad de gente,
encontrándonos a la salida con el primer tour de turistas que veíamos en India.
No era un grupo cualquiera, estaba formado por ancianos “cocoon”
norteamericanos que a pesar de todas sus dificultades motrices –había varios
con bastones– tenían las fuerzas necesarias para irse a pasear al otro lado del
mundo. Felices ellos que a pesar de todo siguen adelante en lugar de quedarse
encerrados en sus casas lamentándose por sus achaques!!! Un claro ejemplo que
muchas veces nuestras limitaciones para
emprender proyectos no son físicas, sino producto de nuestros pensamientos
negativos.
Volvimos
al estacionamiento a buscar a Rajesh para que prácticamente nos cruzara la
calle. Cuando le dijimos que nuestro próximo destino era “Nizamuddin Dargah” no
le gustó mucho y trató de disuadirnos, diciéndonos que no era un lugar
turístico y hasta agregó: “no nice place”. Aún así, seguimos adelante con los
planes que nos había propuesto Coca. No sabemos si no nos quería llevar porque
podría resultarnos un lugar un tanto chocante o porque él era hindú y el barrio
musulmán…
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