By Sole
Siguiente destino: Lapa! Cuando salimos de la estación de
Cosme Velho caminamos unos 100 metros hacia atrás, donde había una plazoleta
desde la que partían varios buses. Tomamos el 180 que iba hacia Lapa- Centro.
El tránsito estaba pesado, en algunos sectores avanzamos a paso de hombre, lo
que nos permitió apreciar mejor el entorno, la gente, los negocios, los autos, etc.
Cerca del mediodía llegamos a Lapa. Bajamos pasando los
arcos; ya volveremos sobre este tema en un ratito. Caminamos unas cuadras y nos
sumergimos en la zona céntrica de la ciudad. Empleados de empresas y oficinas
de la zona caminaban de un lado a otro en su horario de almuerzo. Las opciones
para comer eran variadas, varias lanchonetes con fuerte olor a frito, un par de
locales de venta de comida por kilo y un par de restaurantes más paquetes en
los que no me atrevería a entrar con mi tarjeta de crédito. Antes de decidir
que íbamos a comer, fuimos en busca de la catedral, tarea que no nos resultó
muy difícil.
Me cuesta un poco describir a la Catedral Metropolitana de
São Sebastião do Rio de Janeiro. Rara?
Extravagante? Fuera de lo habitual? Creo que una foto es mejor que
cualquier descripción!
Catedral desde el exterior |
Interior de la Catedral |
Nunca había visto una catedral parecida a esa. De hecho si no la hubiese visto por la tele en la visita del Papa Francisco a Rio hace un par de meses, nunca hubiese dicho que eso era una iglesia. Hicimos una pasada por el interior, sin dejar de sacar unas fotos. Salimos por una de las puertas laterales, y la fuimos rodeando hasta terminar en una calle desolada, desierta, salvo por la presencia de un par de homeless que nos condujo a los arcos de Lapa. Tal vez estaba un poco paranoica, pero esa cuadra me pareció terrorífica! Recién respiré aliviada cuando llegamos a los arcos y vi que había 2 patrulleros, uno de ellos de la policía turística.
Pero, qué son los “arcos de Lapa”? cualquiera se puede
preguntar. Estos arcos, son un viejo acueducto (Aqueduto da Carioca) construido
en 1750 para abastecer de agua a la población. Actualmente ya no tiene esa
función, y hasta hace un tiempito, formaba parte del recorrido del Bondinho de
Santa Teresa.
Arcos de Lapa, Santa Teresa de fondo. |
Luego de la foto de rigor, enfilamos hacia el Centro
Histórico, zona que apenas recorrimos. Llegamos al Teatro Municipal, ubicado
frente a la Praça Floriano donde había varias personas acampanando como medida
de protesta y fuerte presencia policial con patrulleros y camiones
hidrantes estacionados. Tampoco faltaba una buena cantidad de homeless que se
mezclaban con los transeúntes. Volvimos hacia los arcos y nos metimos
en unas calles internas de la zona de Lapa, donde teóricamente a la nochecita se llena de gente que va a los bares a tomar una cerveja y escuchar música.
Sospecho que justamente la movida no estaba por donde nos metimos, o caso
contrario la gente tiene gustos muy particulares. Caminamos por unas calles un
tanto estrechas, de veredas super angostas, bordeadas de casas antiguas,
algunas de chapas, y varios negocios
con objetos viejos. Algunos hombres iban con carros, transladando objetos
(muebles, bidones de agua, etc) de un lugar a otro; me dio la impresión de
estar caminando por La Boca.
Sólo hicimos una pequeña parada para comer unos sándwiches y
probar el guaraná (parecía un jarabe de tan dulce que era) y el amargo mate frío
(bebida tipo refresco). A seguir caminando!
Nos detuvimos en la colorida escalera de Selaron o Santa
Teresa. Otro must de Rio! Me pareció una obra muy interesante. Es una larga escalera de
125 metros y 215 escalones revestida de miles de cerámicos de todo tipo y
color. Es divertido ir caminando y buscando cerámicos con dibujos que tengan
algún significado personal. Los hay con imágenes y nombres de distintas
ciudades, equipos de fútbol, personajes,
frases, etc. No bien ingresamos a la escalera, a la izquierda
encontramos el escudo de Racing, donde Seba se tomó la correspondiente foto.
Para hacer más pintoresco el lugar, un par de borrachines locales saludaban y
hablaban con la gente que pasaba y que se atrevía a contestarles. Entre foto y
foto, “escaneo” visual de las paredes y piso, tardamos unos cuantos minutos en
subir.
Superado el último peldaño de la escalera giramos a la
izquierda, internalizándonos en el barrio Santa Teresa, de calles
adoquinadas y aire colonial. Otro lugar
recomendable para visitar en Rio! Sin apuro fuimos recorriendo las ondulantes
calles pobladas de “ponchos” –WV escarabajos-, haciendo una parada en el Centro
cultural “Parque das ruinas”. Esta vieja
casona devenida en centro cultural perteneció a Laurinda Santos Lobo, quien
reunía en su palacete a artistas e intelectuales hasta su muerte en 1946. De
esa época apenas quedan las gruesas paredes externas de la edificación,
conteniendo en su interior escaleras metálicas que conducen al altillo de donde
se tiene una espectacular vista de la ciudad. Escaleras no aptas para los que
sufren de vértigo, sobretodo en el descenso! La entrada es gratuita.
"Contrastes" desde mirador del Parque das ruinas |
Ya en la calle seguimos caminando! Volvimos unos cuantos
metros sobre nuestros pasos para tomar la rua Dias de Barros, desembocando en
una abandonada estación del tradicional Bondinho de Santa Teresa. Este tranvía
recorría el barrio hasta fines de agosto de 2011, cuando descarriló provocando
la muerte de 6 personas y dejando 48 heridas. Desde ese entonces las
autoridades de la ciudad aparentemente están trabajando en la refacción del
trazado de vías y en el cambio de los viejos bondinhos por unidades más
seguras. Por lo que vimos en algunas notas de diarios y revistas es un tema
bastante controversial, que provoca conflicto entre las autoridades y los
defensores del tranvía. Algunos restaurantes y autos de la zona tenían stickes
con un gráfico del bondinho con un lagrimón, como manifestación de su saudade!
Habrá que esperar para ver qué sucede y si en un futuro podremos hacer el
recorrido que nos quedó pendiente.
Poncho + saudade |
Cuando se recorre el barrio es difícil no notar el contraste
entre Santa Teresa y el morro, asiento de favelas, que tiene a escasa distancia.
Los ricos y los pobres conviven separados una calle, un muro, un lugar con dos
realidades muy diferentes. Cuando descendíamos hubo un momento en que me sentí
demasiado cerca de la favela, y “recalculamos” nuestros siguientes pasos,
dudando si estábamos ingresando o no en lo que el GPS llamaría “zona peligrosa”.
Sin dudas soy un poco prejuiciosa, pero había escuchado muchos “no te metas en
una favela por error”. Confesaré que lo que resultó más peligroso no fue la
favela, sino el simple hecho de caminar por esas estrechas calles con veredas
casi inexistentes que no llegaban a tener medio metro de ancho, sumado a los
conductores imprudentes que avanzaban a toda velocidad sin importar si pasaban
o no por el espacio que había o si había alguien caminando por la calle. En Rio
parecen ser todos Ayrton Senna en la última vuelta de la carrera!
Regresamos a Rua do Catete donde nos metimos en el metrô,
donde sacamos 2 boletos de R$3,20. Nos llamó la atención el tamaño de los
subtes, bastante más anchos que los de Buenos Aires, y en muy buen estado.
Luego de unas pocas paradas, bajamos en la estación Botafogo. Queríamos ver la
playa y sacar una panorámica del Pão de Açucar.
Caminamos desde la estación hacia la zona de la praia.
Cruzamos la avenida Praia de Botafogo, quedándonos por cruzar otra avenida,
Infante Dom Henrique. Miramos hacia un lado, no vimos semáforo, miramos hacia
el otro, tampoco. Dijimos “en algún momento tiene que dejar de venir autos”,
cosa que nunca sucedió; los vehículos pasaban incesantemente a altísima velocidad.
Posteriormente descubrimos que se trataba de una autopista. Instintivamente
comenzamos a caminar hacia el oeste, hallando luego de varias cuadras un paso
bajo nivel con olor a orina que nos condujo hacia la playa.
A pesar de estar soleado, con una temperatura agradable,
apenas había algunas personas que pasaban corriendo por una senda paralela a la
arena. La ancha playa estaba completamente desierta y un poco sucia. Sacamos
algunas fotos del primerísmo plano del Pan de Azúcar, y decidimos seguir
adelante en nuestra rápida pasada por Río antes de que anocheciera. Por el huso
horario en que está la ciudad, a las 17:30 hs se puede disfrutar de la puesta
del sol, y a las 18:00 hs ya es de noche!
Pan de Azúcar desde Botafogo |
Volvimos a cruzar todas las avenidas, terminando en la
puerta del Consulado Argentino. El siguiente objetivo era tomar un colectivo
hacia Ipanema. Según el cuadro de buses que teníamos en nuestro poder podíamos
tomar el 162, el 574 o el 584. El único problema era que no teníamos idea de
donde paraban. Apostamos a la parada que estaba a pocos metros del consulado.
En menos de 10 minutos hizo su aparición el 162. El viaje en colectivo pareció
fugaz consecuencia de la velocidad que llevaba. Cuando nos quisimos dar cuenta
estábamos en Ipanema.
En Ipanema fuimos hasta el bar “Garota de Ipanema” ubicado
en la esquina de Vinicius de Moraes y Prudente de Morais, donde Tom Jobim y
Vinicius de Moraes compusieron en 1962 la canción justamente llamada “Garota de
Ipanema”. Luego de la fotito, caminamos hacia la costa, pasando por varios
bares de aspecto bohemio que invitaban a tomar una cervecita con una picada.
Aún nos quedaban unos pocos minutos de sol, así que no nos detuvimos en
ninguno.
Caminamos hacia la avenida Vieira Souto, paralela a la
costanera. Nos encontramos nuevamente con la praia, pero a diferencia de la
tranquilidad del mar de Botafogo, acá las olas rompían salvajemente!!! No sé si
será siempre así o era producto del viento que nos acompañaba en la
caminata. Por la costanera había varios barcitos con mesas que vendían coco
gelado, gaseosas y cerveza; estaban prácticamente desiertos. Realmente estaba
un poco fresco para sentarse a tomar algo y los precios no eran muy atractivos.
Seguimos caminando hacia Copacabana, dejando atrás Ipanema!
Ipanema |
Hicimos el infaltable paseo al supermercado! Cómo me gusta
recorrer supermercados de otros países!!! Me encanta descubrir productos y alimentos o variedades de estos
que no están disponibles en Argentina. Luego hicimos una parada en el hotel y luego nos fuimos a cenar.
Dimos un par de vueltas en las manzanas aledañas al hotel en
busca de algún lugar para comer, terminando nuevamente en Bibi Sucos. Fuimos
por otras opciones del menú: omelete y un sándwich de pollo con queso y papas fritas. Para beber
optamos por un agua mineral y un suco de abacaxi e coco. Muy satisfechos con la
cena!
Cuando salimos estaba lloviendo, así que volvimos raudamente
hacia el hotel. Qué clima raro! Esa noche jugaba Botafogo vs Flamengo. Seba
había amenazado con irse al Maracaná a ver el partido, pero quedó en una simple
amenaza ya que el “tour partido” costaba R$180 por persona. Demasiado por un
simple partido de fútbol y encima con lluvia!!!
No bien llegamos al hotel escuchamos gente festejando,
pirotecnia incluida; alguien había metido un gol. Posteriormente sólo
escuchamos el ruido de la lluvia que seguía cayendo, pero con mayor intensidad,
hasta que nos dormimos.
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