By Sole
Sólo
nos quedaba una mañana en Rio! A las 12:00 hs nos iba a pasar a buscar el
transfer que nos llevaría a Buzios.
Desayunamos y salimos a recorrer
Copacabana. Caminamos un poco por Nossa Senhora de Copacabana en dirección a la
zona de Urca, la contraria a Ipanema. Luego de algunas cuadras giramos a
la derecha llegando a la avenida Atlántica, paralela a la costanera. Estaba
soleado con un poco de viento; si bien la temperatura impresionaba ser un poco
más alta que la del día previo no era un día de playa, pero si un día muy lindo
para pasear.
A medida que fuimos caminando descubrimos que la
zona se iba haciendo más linda. No había tantas lanchonetes aceitosas, sino que
iban a pareciendo más negocios y locales de comida de otra categoría. Digamos
que mejoró un poco por lo menos mi impresión de Copacabana.
Entre la playa y la avenida, había una especie de costanera
amplia con los característicos gráficos blancos y negros en el suelo, y al lado
de esto una senda para correr y andar en bicicleta. En esta costanera también
había bares playeros, pero a diferencia del día previo, tenían bastante gente
sentada. Había más gente aún caminando, corriendo y andando en bici. Otro must
de Rio!
Copacabana |
A medida que nos fuimos acercando a Urca fue aumentando la categoría de los edificios que miraban hacia la playa, destacándose entre ellos el tradicional "Copacabana Palace". En el camino Seba se compró un coco gelado (R$4), que fue degustando mientras caminábamos.
Seba feliz con su coco gelado. |
Cuando nos quisimos dar cuenta no nos quedaba demasiado tiempo, así que regresamos hacia el hotel comprando en el trayecto unos panes de queso para picar antes del viaje. Nos habremos vuelto adictos al pan de queso???
Hicimos el check out, y con apenas 5 minutos de retraso
llegó el micro de la agencia "Mister Tours". Los siguientes 45 minutos consistieron en un recorrido por Copacabana, recogiendo otras parejas que también iban hacia
Buzios. Nos sirvió para completar el city tour, ya que vimos zonas que no
habíamos visto previamente. Cruzamos el puente de 13 km que une Rio con
Niterio, llamado Puente presidente Costa e Silva o simplemente Puente Rio-
Niteroi. Es impresionante la longitud de este puente, parece que nunca se llega
al otro extremo! La vista desde el mismo es muy variada, incluyendo
cementerio, zona portuaria con muchos barcos y varias favelas. Habiendo cruzado
el puente, el paisaje cambió. Recorrimos campos con ganado pastando (parecían
vacas, pero eran extremadamente flacas y tenían una prominencia cervico-dorsal)
que se iban intercalando con barrios humildes, restaurantes/ lanchonetes ruteras
y negocios que vendían ollas de barro y figuras de lo más variadas para el
jardín, que excedían los clásicos enanos. Nos llamaron mucho la atención los
camellos casi a escala real, cristos redentores, aves, el burro de Shrek, etc.
Unos kilómetros antes de llegar a Buzios nos detuvimos en
una especie de parador, donde cargamos combustibles y bajamos a utilizar los
sanitarios. Además de estación de servicio, había un gran espacio-comedor con
locales de venta de alimentos. Cuando regresamos al micro, vimos que además de
combustible,habíamos cargado a una guía-vendedora de excursiones. La
guía, quien resultó ser argentina, nos entregó un mapa y nos brindó algo de
información sobre el lugar que íbamos a visitar, antes de comenzar con la venta
propiamente dicha. Nos enteramos así que Buzios es una península que tiene 16000 habitantes y 23 playas de
diferentes características. Como regla general las playas del norte de la
península tienen aguas más cálidas y tranquilas, mientras que las del sur son
más frías y movidas, siendo ideales para practicar surf. Tiene una calle
principal pavimentada por la que circula una combi, que pasa con mucha
frecuencia y tiene un costo de R$2. El resto de las calles son adoquinadas o de
rípio, sobre todo las más periféricas. Otra opción para movilizarse dentro de
la villa era alquilar un buggy, una especie de auto rudimentario con un costo de
R$80 por día; se requiere obviamente registro de conducir. Si uno lo alquilaba por
más tiempo, el costo de cada día era menor, R$70 o R$60, si se alquilaba por
2 o 3 días, respectivamente. Ojo que estamos hablado en temporada baja, en el
verano los precios suelen subir!
La guía promocionaba por un lado el alquiler de buggies y
por el otro, 2 excursiones:
1) Paseo en
barco por playas de Buzios, visitando las praias Tartaruga, Ferradura, João
Fernandes y la Ilha Feia, que aparentemente de fea no tiene nada. La excursión
incluía equipo de snorkel, agua, gaseosas y caipirinha libres, y fotos, con una
duración de 4 horas. Precio: R$60.
2) Arraial do Cabo e Cabo Frio. Excursión de día completo, que incluía translado en micro hasta Arraial, desde ahí barquito hacia Praia do Farol e Prainha, y gruta azul. Posteriormente translado en micro a Cabo Frío para almorzar, hacer compras y city tour, regresando luego a Búzios. Estaban incluídas agua y gaseosas en el barco, almuerzo en Cabo Frío y fotógrafo, que como veremos después, no es lo mismo que fotografías! Precio: R$90.
Teníamos pensado ir a Cabo Frío, así que optamos por la segunda excursión, dudándolo un poco ya que no nos gustan lus tours y excursiones armadas.
A las 16:00 hs llegamos a Buzios!!! Luego de hacer el transbordo a una combi, vehículo mucho más fácil de maniobrar en la villa por la presencia de desniveles, calles angostas y algunas sin salida, nos fueron repartiendo en las respectivas hosterías. Rápidamente llegamos a nuestra pousada: “La Chimere”. Al verla, y sin siquiera haber entrado estábamos muy conformes con nuestra elección. Ubicación inmejorable, apenas a 1 cuadra peatonal de Praia dos Ossos y frente a la plaza homónima. Aclaro que el nombre de la playa y la plaza nada tenían que ver con los grandes mamíferos; en portugués “ossos” significa “huesos”.
Praia dos ossos |
Desde Praia dos ossos |
Bajamos hacia Praia dos ossos, y giramos a la derecha siguiendo por una calle adoquinada unos cientos de metros hasta la bajada a Praia Azeda. Bajamos a la pequeña playa, que en ese momento estaba casi desierta; sólo nos cruzamos con una pareja que estaba sentada comiendo M&Ms, mientras miraban el sol que rápidamente iniciaba su retirada. Seguimos caminando un poco más, atravesando un corto camino de piedras y sin darnos cuenta llegamos a Praia Azedinha. Si Azeda nos pareció pequeña, esta era minúscula, lo que no quiere decir que no fuese bonita. Desde ambas playas se veía muy bien la Pôr do sol o puesta del sol, así que hombres tomen nota y lleven a sus chicas a ver el atardecer a estas playas!!! Un must para las parejas!!!
Habíamos leído que cerca de João Fernandes, la playa más popular entre los argentinos, había un mirador desde donde se veía aún mejor la puesta del sol. Así que aprovechando que aún el astro no se había ocultado, hacía allí fuimos. Hicimos una rápida visita a la Praia que también estaba desierta, y seguimos hacia el mirante. La vista del sol ocultándose en el horizonte desde ahí era excelente, sólo le faltaba un lugar para sentarse para que fuese el “lugar ideal”. Así que si bien la vista desde ahí es mejor, es mucho más cómodo ver la puesta desde la playa.
Antes que llegásemos a la hostería ya se había hecho de noche. Si bien apenas eran las 6, teníamos la sensación de que ya habían pasado las 8 de la noche. Aún había tiempo para recorrer el lugar antes de ir a comer. Seguimos por la Orla Bardot, calle que debe su nombre a la actriz francesa Brigitte Bardot, quien en los 60’ popularizó la pequeña aldea de pescadores que era Buzios hasta ese entonces. Es un camino muy lindo con el mar poblado de veleros de un lado, y restaurantes por el otro. Cada uno tenía un “cazador de clientes” en la puerta: tan sólo con dirigir la mirada hacia el local el mozo se abalanzaba a ofrecer algún servicio, ya sea un trago, comida o show. Con nuestro espíritu anti-show habitual, no nos dieron las patas para rajar cuando uno se nos acercó y nos dijo “hoy jueves, tenemos show de samba!!!”. Noooo!!!!! Fue justo con los clientes equivocados!!!!
En el recorrido nos cruzamos con la estatua de Brigitte Bardot, que sentada sobre su valija mira el mar. Debe ser lo más fotografiado de Buzios!
Orla Bardot, nos condujo hacia Rua das pedras, la calle
principal de la “zona centrica” conformada por un par de cuadras llenas de
negocios de ropa, sobre todo de ojotas, y restaurantes. Rua das pedras, la calle
más icónica de la ciudad, es otro must! Caminamos unas 3 o 4 cuadras de esta
rua de piedra-laja , y nos metimos en una de las transversales para
posteriormente desembocar en la paralela, donde nos habían dicho que había
restaurantes más económicos. La verdad no sé si eran más baratos o no, porque
no entramos en ninguno ni ese día ni los siguientes.
Regresamos hacia la zona de la pousada, y terminamos
comiendo en un pequeño restaurante llamado "Eureka". Por afuera no llamaba mucho
la atención, pero el menú que ofrecían nos pareció interesante. Cuando llegamos éramos los únicos comensales de este local con vista al mar, que resultó
estar atendido por 2 marplanteses. Elegimos el menú: peixe com salada, arroz e
pirão. La elección resultó excelente! El pescado grillado estaba muy rico al
igual que la ensalada y el arroz. Sobre todo nos llamó la atención el arroz que
parecía simplemente arroz blanco, pero cuando lo probamos era muy sabroso.
Cuando terminamos de comer nos obsequiaron 2 caipirinhas! No soy muy amante de
estos tragos, pero no podía ir a Brasil y no tomar una! Comimos super bien, con
muy buena atención a un precio más que adecuado. Durante la cena vinieron
otros marplatenses y una pareja de centroamericanos. Si queríamos practicar portugués,
no estábamos en el lugar indicado!
Bajo el
efecto de la caipirinha emprendimos el regreso. En las 2 o 3 cuadras que
nos separaban de la hostería hicimos una mini parada en 2 locales de
artesanías, donde ni siquiera el alcohol nos hizo encontrar simpáticas las
cosas que vendían. Sin comprar nada y aún no siendo las 10 de la noche
regresamos a dormir.
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