By Sole
Ya en la calle, aprovechando
nuestra ubicación caminamos por Soğukçeşme Sokağı, una pintoresca callejuela adoquinada peatonal entre
Hagia Sophia y Topkapi Palace. Las casas de madera de 2 o 3 pisos construidas
frente a Santa Sofía a pesar de tener más de 100 años se encontraban muy bien
conservadas como si el tiempo no hubiese pasado.
Soğukçeşme Sokağı Street |
Basílica Cisterna |
En la
esquina noroeste de la cisterna había dos columnas cuyas bases tenían esculpidas la cabeza de Medusa –el monstruo de la mitología griega–. Lo raro es
que ninguna de las dos estaba colocada en la posición que uno esperaría: una estaba de costado y otra invertida. Hay varias teorías al respecto pero nunca sabremos
lo que pasó por la cabeza del que decidió ponerlas de esa forma…
Cabeza de Medusa |
Otra de las curiosidad del lugar es que estuvo abandonado durante siglos, hasta que a alguien
se le ocurrió averiguar de donde salía el agua que la gente sacaba de unos
pozos…y se encontró con esto!
Para que no queden dudas de que se trata de un
lugar 100% turístico, además del gift shop con precios astronómicos había un
par de hombres disfrazados de sultanes que se ofrecían como modelos para las
fotos que vendían…
En fin,
es un lugar interesante por su antigüedad y la obra de ingeniería que habrá
representado para su época, pero el costo de la entrada me
pareció caro por el tamaño de la atracción y el poco tiempo que nos demandó. Eso sí, para los días de frío y/o lluvia es
un lugar de resguardo de las inclemencias climáticas, aunque sea por unos 25 minutos.
Como
aún teníamos energía para seguir caminando nos dirigimos hacia Sultanahmet
Park, un gran parque que se encuentra entre Hagia Sophia y la Blue Mosque o
Mezquita Sultanahmet según como la quieran llamar. Es el lugar ideal para sacar
fotos de ambos edificios, tanto de día como de noche.
Mientras
Seba jugaba al fotógrafo me senté unos minutos en uno de los tantos bancos del
lugar; ese tiempo fue suficiente para que me asediara un lustrabotas –muy pero
muy insistente–, un vendedor de té y un promotor de un show de delfines; sólo
faltó un musulmán que quisiera convertirme al islam…
Para
visitar la mezquita azul hay que tener la precaución de que no se trate del
horario de oración. Igual es fácil darse cuenta porque es anunciado –cinco
veces al día– por los alto-parlantes mediante el canto del muecín.
Esta
mezquita fue construida entre los años 1609 y 1616 durante el poderío del
Sultán Ahmed, proviniendo de ahí su nombre. La imponente construcción cuenta
con un domo principal, ocho domos secundarios y seis minaretes. Este último
detalle causó mucho revuelo en su momento porque equiparaba el número de
minaretes de la mezquita de Ka’aba en la Mecca; resolvieron el conflicto
construyendo un séptimo en esta última…
Mezquita Sultanahmet |
Primero
ingresamos al patio que rodeaba al edificio principal por la puerta de los
visitantes, encontrándonos con un cartel que informaba el “dress code” del
lugar. Para adecuarme al mismo comencé cubriéndome la cabeza con la pashmina
que había llevado para tal fin. No pudimos evitar quedarnos contemplando un
rato el exterior de esa gran mole de piedra con los minaretes que parecían
grandes lápices.
Dress Code |
Para
entrar al edificio había que quitarse los zapatos; para evitar pérdida o robo
de calzados había un par de rollos de bolsas de nylon para ponerlos y llevarlos
en la mochila sin tener que dejarlos en los clásicos guarda-zapatos, que de
hecho eran otra de las opciones. Qué olor a pata que había en ese lugar!!! Un
poco de Eficient® por favor!!!!
Lavado de pies para musulmanes |
Al ser
una mezquita que aún funciona había un sector al que tenía acceso el público en
general -nosotros- y otro para los que iban a orar. Todo el suelo estaba cubierto por una
alfombra que evitaba el contacto directo de los pies con el piso. A pesar de toda
la gente que la transita a diario se encontraba en perfectas condiciones. No
menos impecables estaban las pinturas de los techos y los azulejos de las
paredes con tonalidades roja, blanca y azul con toques de dorado, y los
vitrales de las ventanas. No esperaba encontrarme algo tan grande e
impresionante, y encima gratis!!! Merece una visita!!!
Fieles orando en el interior de la mezquita |
Techos de la mezquita |
Ni bien
salimos por una de las puertas laterales nos encontramos con los restos del
viejo hipódromo, centro social y de entretenimiento de Constantinopla durante
la época del Imperio Bizantino, donde solían llevarse a cabo carreras de
caballos y carros. La primera estructura que identificamos fue la “German
Fountain”, una construcción relativamente nueva del 1900 construida bajo el
concepto de fuente que tienen los turcos. Comprobamos que de la canilla de uno
de los laterales aún salía agua.
German Fountain |
Agua!!! |
Con su
sugestiva forma retorcida se erigían los restos de la columna serpentina, y
unos metros más adelante un obelisco egipcio con jeroglíficos y todo!!! A esta
altura tengo que preguntarme, qué país europeo no se llevó un obelisco de
Egipto??? Se cree que esta parte que sobrevive hoy en día data del año 1490
antes de Cristo, una verdadera reliquia! Y por último el Obelisco de
Constantino del siglo 10, antaño cubierto de placas de bronce, actualmente sólo
conserva la capa interna de piedra.
Obelisco egipcio |
Para
concluir con el recorrido de este sector de Estambul fuimos hacia el mar de Mármara
en busca de la Iglesia de los Santos Sergio y Baco, también conocida como
pequeña Santa Sofía. Si bien se la conoce como iglesia, durante el imperio
Otomano fue convertida en mezquita, lo que es actualmente. Cómo no tuvimos
ganas de quitarnos el calzado sólo vimos el exterior. Creo que sólo vale la
pena ir hacia ahí como excusa para recorrer las callejuelas vecinas.
Definitivamente
lo que no vale la pena es caminar unos metros más hacia lo que queda del
“Bucoleon Palace”. Para acceder al lugar hay que caminar por una zona desolada
sólo habitada por algún que otro homeless que no nos generó mucha seguridad, a
tal punto que ni sacamos la cámara de fotos. Ahí entendimos el comentario que
habíamos leído en internet “unsafe to visit alone”.
Desde
ahí caminamos nuevamente hacia la mezquita azul, desembocando en su parte de
atrás, y de ahí en un bazar bastante pro donde hasta aceptaban tarjetas de
crédito!!! Ni nos atrevimos a preguntar precios en este lugar que parecía
exclusivo para los turistas que vienen en tour a visitar Sultanahmet.
Habiendo
regresado a Sultanahmet Park dábamos por terminado el paseo.
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