By Sole
21 de
febrero de 2014
Ultimo
desayuno en Nepal!!! Armamos las valijas y salimos a liquidar las rúpias nepalies que se
resistían a abandonar nuestros bolsillos. No es que faltaran cosas para
comprar, pero si había veces que tanto comprador como vendedor no aflojábamos
en el precio y la venta terminaba fracasando lo que generaba cierto agotamiento
y gran gasto de tiempo.
Con los
bolsos llenos hicimos el check out y tomamos el último taxi de Nepal hacia el
aeropuerto (500 RpN). Siempre cuesta menos ir de Thamel al aeropuerto que hacer
el viaje inverso, una cuestión de oferta y demanda.
El
aeropuerto de Kathmandu, el más importante del país, es paupérrimo, de una
pobreza extrema!!! Cierro los ojos y veo un edificio pequeño, gris –sin
colores- con un par de asientos con el aspecto de una terminal de micros.
No bien atravesamos la puerta de entrada, tuvimos que pasar las mochilas y valijas por un
scanner de seguridad. Las valijas pasaron sin problemas, la mochila de Seba
tenía un artículo dudoso por lo que fue sometida a una revisación manual más
exhaustiva, culminando exitosamente este segundo examen.
Paso
siguiente fuimos a hacer el check in al mostrador de la aerolíneas. Presentamos las fotocopias de las reservas, pasaportes y el empleado nos pidió la tarjeta de
crédito con la que habíamos pagado los pasajes de Thai. Sin dubitaciones Seba
le entregó la VISA, y el hombre se la devolvió diciéndolo que no era la
correcta. Cri cri cri. Seba comenzó a revolver sus tarjetas pasándoselas una a
una (tampoco eran tantas) pero tampoco era la requerida!!! Fue ahí que
descubrió su error, había llevado la VISA equivocada, la que quería el señor
era la que estaba en Buenos Aires…
En este
caso comprobamos que tener ciertos rasgos obsesivos puede ser fundamental!!!
Enseguida saqué de mi mochila una hoja con todas las tarjetas de crédito de
Seba y mías escaneadas de ambos lados, incluyendo la VISA que nos faltaba!!!
Gracias a todos los dioses hindúes se conformó con la fotocopia y pudimos
respirar aliviados!!!
Compramos
un Toblerone con las 300 RpN que nos quedaban e hicimos el último control de
seguridad y migraciones sin problemas.
Apostaría
a que el aeropuerto no tenía Duty Free Shop, porque no lo cruzamos en ningún
momento. Terminamos sentados en el Gate 5, el último, donde había algunos
asientos libres junto a un grupo de personas que olían a paan. Tal como
sospechamos por el olor eran indios, que se pararon cuando anunciaron el vuelo
de Air India con destino Delhi.
Permanecimos sentados ahí hasta que fue el horario de nuestro vuelo que
justamente embarcaba en Gate 5. Sin siquiera tuvimos que pararnos para que nos
chequearan el pasaje ya que los empleados fueron pasando por los asientos.
Caminamos por la pista unos metros hasta el avión. El servicio fue mejor de lo
esperado. Nos dieron maníes ni bien subimos, y luego el almuerzo: cordero con papas asadas o arroz con pollo. Pedimos unos y uno. Ya me sentía bien y
me comí el arroz con muy buena tolerancia. Fue un viaje muy
tranquilo!
El
comandante anunció la llegada al Aeropuerto Internacional Suvarnabhumi, de
Bangkok!!! Tan pronto bajamos del avión nos encontramos nuevamente con un
aeropuerto con infraestructura del primer mundo.
Antes
de hacer los trámites migratorios, por tener pasaporte Argentino, tuvimos que ir
a la oficina de “Health Control”. Por
suerte éramos los únicos provenientes
del inframundo colmado de pestes, y no había nadie en el lugar. Llenamos
un formulario donde preguntaba sin habíamos tenido en las últimas semanas una
serie de síntomas como fiebre, vómitos, diarrea, dolor abdominal, etc, respondiendo a todas las preguntas con un
“no”. Con la planilla llena y la constancia de vacunación de fiebre amarilla
nos dirigimos al mostrador donde nos colocaron un sello en la solicitud de
ingreso al país.
Ya
estaba el primer paso! Seguimos a migraciones donde presentamos todos los
papeles y nos autorizaron la entrada a Tailandia! Ya podíamos buscar a Mr Chow y al monkey ("Hangover 2")!!!
Seba
aún seguía preocupado por el tema de la tarjeta y estaba tan distraído que pensó
que había perdido la billetera con las otras tarjetas… Falsa alarma, todo
estaba en su lugar!!!
Siguiendo
los carteles llegamos a la estación para tomar el City Train. Optamos por el
que tardaba más (tiene varias paradas intermedias) pero era más económico. Pagamos
los 40 bahts (Bht) –poco más de un dólar- hasta el final del recorrido: Phaya
Thai Station. Allí hicimos combinación con el Sky Train para ir hasta la
estación Asoke (34 Bht). Las fichas/ tarjetas para los trenes o subtes según
corresponda hay que pasarlas al inicio y al final del recorrido (el precio
varía según la distancia), así que no hay que perderlos en el trayecto.
Los
trenes que tomamos eran impresionantes!!! Anchos, luminosos, limpios (estaba
prohibido comer y beber en su interior) y con aire acondicionado.
Tenían varias pantallas por las que iban pasando publicidades de distintos
productos. Pocos pasajeros les prestaban atención, la mayoría iban absortos
mirando sus celulares y tablets. Creo que había más aparatos electrónicos que
personas!!! Hablando de las personas, una vez nos encontrábamos con una
fisonomía diferente: todos tenían los ojitos achinados!!! De India, pasando por
Nepal y llegando a Tailandia, se había ido progresivamente aclarando la piel y
rasgándose los ojos.
Cuando
bajamos del Sky Train nos encontramos con calles colmadas de manifestantes de clases sociales
altas que estaban acampando. No faltaba nada!!! Había música, un escenario
desde donde distintos hombres lanzaban discursos, aclamaciones y aplausos del
público, carpas y muchos puestos callejeros que vendían comida y merchandising
de la protesta. Esta misma escena se repetía en las intersecciones de las
principales avenidas de la ciudad.
Shutdown |
Aclaración de Seba: Habíamos caído durante el “shutdown” que grupos opositores organizaron a modo de protesta contra la presidenta, a la que veían como un títere de su millonario hermano y expresidente, exiliado por acusaciones de corrupción. El clima de inestabilidad política y cierta violencia iba a culminar con un golpe de estado de las fuerzas armadas pocos meses después de nuestra visita.
Siguiendo
los mapas que habíamos impreso, caminamos unas 2 cuadras y llegamos al hotel
City Point. Nos dieron una habitación que estaba muy bien por lo que habíamos
pagado. Dejamos las cosas y nos fuimos a buscar un lugar para comer… Había sido
un largo día entre aeropuertos, aviones y trenes.
Nuestra habitación |
Cruzamos entre los manifestantes hasta llegar al otro lado de la avenida donde nos metimos en el primer shopping que vimos: Terminal 21. Creo que si un tailandés viene a cualquier shopping de Buenos Aires sale deprimido!!! Ese lugar era un mundo en sí mismo! Cada uno de los niveles estaba ambientado según el nombre de la ciudad o región que le daba nombre, ej. Tokio, Rome, Paris, Istambul, London, Caribbean, San Francisco y Los Angeles. Eran unos 8 o tal vez 9 pisos en los que se distribuían locales de comida y cualquier objeto que uno pueda imaginar. La oferta nos abrumó un poco, y terminamos en un Subway. Tengo que reconocer que era la primera vez que visitaba un local de esta cadena y no tenía la más mínima idea de cómo funcionaba!!! Superando la barrera idiomática, conseguimos comprar un sandwich de pollo y otro de atún.
Bangkok
me resultó bastante shockeante. Veníamos de varios días en lugares super
tranquilos donde se respiraba paz y tranquilidad, y de repente me encontré con
una ciudad repleta de constantes estímulos lumínicos y sonoros que incitaban al
consumo. Me sentí como si estuviese entrado en un capítulo de Pokemon y que en
cualquier momento se venía la convulsión!
Con
el discurso del líder de la manifestación saliendo por los altoparlantes
volvimos a dormir al hotel.
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