By Sole
1 de
abril 2015
El
viaje sorpresa
El 1 de
abril nos levantamos como cualquier otro día. Si bien parece una mañana
cualquiera, no lo es. Hoy estamos cumpliendo 5 años juntos. Me apuro para
preparar el desayuno; tenemos 20 minutos para desayunar antes de que cada uno
se vaya a trabajar.
Terminadas
las tostadas Seba me entrega un sobre. Ouch, no tengo nada para darle; me había
hecho prometerle que no le iba a comprar nada… Al abrir el sobre de papel
madera descubro un par de hojas impresas con el logo de Lefam, la empresa de
turismo donde compramos los pasajes de los últimos viajes-, un mapa de Santiago
y 2 miniguías de la revista Loney Planet, una de Valparaiso y una de Santiago.
Mañana nos vamos a Santiago!!!
Durante
varias semanas Seba trabajo silenciosamente organizando un viaje sorpresa de
aniversario, sin que yo sospechase siquiera! Fue una hermosa sorpresa de
aniversario!!!
2 de
abril 2015
Son las
7:55, el avión comienza a carretear por la pista de Aeroparque. Seba feliz,
mira por la pequeña ventanilla de la aeronave. Aceleramos y poco a poco vamos
alejándonos del suelo. Pese a tener muchos despegues en mi haber, nunca deja de
ser un momento de estrés del que no disfruto. Seba con gran placer va relatando
lo que va viendo “cancha de Excursionistas… cancha de River… cancha de
Platense…río Luján…y acá damos la vuelta…cancha de Lanús, Banfield, Temperley…”.
Al mismo tiempo, con toda esta descripción de fondo, yo me sumerjo en un mundo
místico repitiendo mantras y elevando plegarias hacia todos los dioses para que
no permitan que el avión caiga. La razón queda totalmente de lado, y sólo un
destello de realidad me hace preguntar por la salud mental del piloto en cuyas
manos y decisiones nos encontramos. Pasan un par de minutos, el avión se
estabiliza, la luz que indica que hay que abrocharse el cinturón de seguridad
se apaga, y de a poco vuelvo a ser un ser racional. Entre sudokus,
claringrillas me olvido que estamos a más de 10000 metros de altura. Café con
muffin, cruce de cordillera y ya estamos en Chile.
El
descenso no fue tan brusco como me habían contado que sería, no me resulta para
nada diferente a otros aterrizajes. Santiago nos recibe con el cielo totalmente
despejado de nubes, pero no del habitual smog de la ciudad. Realmente se ve así
o tengo los vidrios de los anteojos sucios?
Para ir
hasta el alojamiento tenemos tres opciones: taxi, bus o tranfer. Sin necesidad
de hacer piedra, papel o tijera, y siguiendo la lógica optamos por el transfer,
una especie de taxi compartido por pasajeros que se dirigen a la misma área y
que cuesta menos que un taxi. Pagamos $7000 (desde ahora $ son pesos chilenos)
por persona. Este viaje nos da una primera impresión de Santiago que resulta
bastante positiva.
El
departamento que eligió Seba está muy bien ubicado, a media cuadra de la
estación de metro Los Leones. No faltan tampoco los locales comerciales y de
comida en estas cuadras del barrio Providencia. El apartamento resulta más que
adecuado para nuestra corta estadía. Estamos muy conformes. Nos acomodamos
rápidamente y salimos a recorrer Santiago!
Vista desde el departamento |
Compramos
el boleto de metro correspondiente al “horario valle”, de $660. Según el
horario del viaje varía el precio de pasaje, siendo el más caro el del horario
pico a $720. A pocos segundos de llegar al andén llega la formación. Los coches
son amplios, con buena iluminación y aire acondicionado dignos de cualquier
país del primer mundo. Tras pasar por 3 estaciones de la línea 1, bajamos en
Baquedano para hacer combinación con la línea 5 por 2 estaciones más.
Jueves
12 del mediodía, la plaza de Armas es un gentío! Abundan las piedras y el
cemento entre los árboles que dan algo de sombra a los numerosos bancos de
madera que invitan a los transeúntes a tomar un descanso. Esta vez no hay
tiempo para sentarse, tal vez la próxima…
Plaza de las Armas |
Motivados
por el horario y el estómago que ya comenzaba a hacer ruidos caminamos hacia el
Mercado Central, donde pensamos almorzar. Un par de cuadras con negocios de
cotillón y lanas, y llegamos. Este mercado es el sueño de los amantes del
pescado, y obviamente también de los curiosos como yo! Es un gran edificio con
un diseño arquitectónico muy particular en el que se destaca su estructura
metálica de hierro forjado, fabricada en Inglaterra. Confirmando que no se
trata de una edificación cualquiera, posteriormente leemos que el mismo fue
inaugurado en 1872 y que en 1984 es declarado Monumento Histórico. Dejemos un
poco los aspectos técnicos de lado y volvamos a nuestro recorrido…
Con tanta luz fue lo mejor que se pudo sacar... |
El
interior de esta gran estructura está ocupada por una sucesión de puestos de venta
de pescado fresco que se encuentran en plena actividad. Merluzas, jureles,
salmones, reinetas con ojos y escamas que aún conservan cierto brillo esperan
apilados, junto a cangrejos y mariscos que en mi vida he visto, a que alguien
los compre para preparar algún platillo especial el venidero viernes santo. Apuesto
a que la actividad del lugar debe ser más intensa del lo habitual por ser
jueves santo y al día siguiente estar cerrados todos los locales… hay que se
previsor y aprovisionarse de todos los ingredientes de la receta. Los
pescaderos con sus delantales blancos toman y pesan raudamente en básculas
colgantes los pedidos de las señoras que se aglomeran alrededor de los
puestitos. El ambiente resulta bastante caótico… Por un lado tenemos los gritos
que van y vienen entre compradores y vendedores que intentan comunicarse en
medio del bullicio del lugar, y por el otro a la gente que a fuerza de golpes
avanza entre los compradores evitando pisar los grandes charcos de agua
proveniente del descongelado de los escamas de hielo que mantienen refrigerada
la mercadería. A pesar de todo esto, me resulta sumamente atractivo, es todo lo
que espero de un mercado!!! Seba también parece estar en su salsa, y no para de
capturar escenas de la vida de diaria del lugar con su cámara.
Si bien
no vamos a cocinar pescado, no nos vamos a quedar con las ganas de probar algún
ejemplar!!! Tras evaluar las distintos puestos y restaurantes del mercado
optamos por una mesita en el primer piso de ¨Donde Blanca¨. El lugar es pequeño
pero está preparado para recibir muchos comensales; las mesas parecen haber
sido colocadas por un experto jugador de Tetris para optimizar el espacio.
La
carta se basa en pescado y mariscos; el 50% de los platos quedan descartados de
una. Sólo me queda elegir entre los pescados… casi sin dudarlo voy por salmón.
Hace cuánto que no como eso y mucho menos a este precio!!! Pedimos un salmón
con “agregado” de tomate -la forma local
de llamar a la guarnición- y una paila especial con camarones, nachas y ostiones…
Evidentemente Seba es osado y para nada conservador a la hora de elegir. Luego
de hacer el pedido no puedo con mi curiosidad y le pregunto al mozo que
significa “a la pobre”, otra de las opciones de guarnición. Con cierto orgullo me
contesta “es un acompañamiento de cebolla, huevo y papas fritas. No tiene nada
de pobre!!!".
Pronto
llega una sopa en la que flotan una innumerable cantidad de restos de animales
de los que desconozco sus nombres. Seba parece contento con su plato y yo con
el mío que sabe tan bien como su prometedor aspecto lo anticipó.
Sorry, teníamos tanta hambre que no llegamos a sacar foto...
Habiendo
esquivado otro de los locales por la presencia de un hombre cantando parece que nos vamos a poder escapar del show… aparece el hombre con su guitarra en mano.
Nooo!!! La sorpresa es mayor cuando identificamos que está cantando un tango!!!
En mi gran ignorancia no imaginaba a los chilenos amantes de este género
musical… o tal vez es un show para turistas argentinos???
Satisfechos
con la comida damos un último pase por el mercado, ya inmune al olor ambiental
que alterna entre el del pescado fresco y el de las frituras según el sector.
Uno de
los objetivos del viaje ya está cumplido: comer pescado en el mercado central!!!
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