sábado, 19 de septiembre de 2015

Un paseo por el desierto: Deadvlei, Sossusvlei y duna 45

By Sole

Sábado 18 de octubre

A las 5:45 hs ya estábamos todos juntos desayunando; antes de las 6:30 teníamos que estar en el Sesriem Gate del Namib- Naukluft National Park, que estaba a muy pocos kilómetros del camp.
Cuando llegamos al parque las puertas aún estaban cerradas y había un par de autos/ camiones de safari haciendo fila. Nos tomaron unos datos y cuando se hizo la hora de apertura ingresamos en caravana.

Sería injusta si intentara describir con palabras los increíbles paisajes que fuimos viendo. La gran extensión inicial de pastos secos amarillentos fue reemplazada por dunas con arena de un naranja intenso. Justo cuando llegamos estaba amaneciendo, el horario ideal para apreciar el juego de luces y sombras sobre las dunas.

Y para darle un toque de color adicional al paisaje aparecieron un par de globos aerostáticos; como vimos después era un servicio que ofrecían para ver el parque desde otra perspectiva. Aun no hemos tenido la oportunidad de viajar en uno de estos globos, aunque me dé bastante miedo supongo que algún día lo haremos –seguramente en otro destino.

Globo en el desierto

En un momento vimos sobre el camino un globo e instintivamente dijimos casi al unísono “es como estar en el oftalmólogo!!!” recordando la imagen que uno tiene que mirar en uno de los equipos de estos matasanos .

Una visita al oftalmólogo

Hicimos un par de paradas para fotos, incluida una en la famosa duna 45. Esta elevación de arena debe el nombre a su ubicación: es la número 45 desde Sossusvlei (hacia donde nos dirigíamos) y a su vez está a 45 Km de Sesriem (desde donde veníamos). En ese momento había gente haciendo el ascenso mientras que otros estaban sentados junto a sus respectivos camiones desayunando. Seguramente esta gente se había alojado dentro del parque lo que les permitió iniciar sus actividades antes de las 6:30 hs y aprovechar el fresquito de la mañana.

Duna 45

Alrededor del kilómetro 55 se detuvo nuestro camión; al no tener tracción 4x4 no podía continuar adelante. Abandonamos a Phillip y seguimos con Abel en un shuttle 4x4 con el que recorrimos los arenosos 4 km y algo que no separaban de la parada para ir a Deadvlei. 

Deadvlei era justamente lo que nos había llevado a Namibia; sus fotos dignas de fondos de pantalla de computadora nos habían parecidas absolutamente increíbles! Y ahí estábamos a 1 km de caminata de nuestra excusa de viaje.

Deadvlei: allá vamos!!!

Finalmente íbamos a caminar un poco!!! Ya nos estábamos cansando de estar tantos días sentados en un camión; esto hizo que la caminata por la arena fuese recibida con mayor entusiasmo!!! Mirásemos hacia donde mirásemos había arena anaranjada que sólo era interrumpida por pequeñas plantas espinosas y pastos duros acostumbrados a las sequías. Cuando nos detuvimos a mirar algunas de estas matas de vegetales descubrimos que tenían más vida de lo que impresionaban. Prestando mucha atención vislumbramos un par de lagartijas que se camuflaban cual camaleones con sus alrededores, algunos escarabajos y varias hormigas de tamaño descomunal –todo parecía ser más grande en Africa!!! Y otra cosa interesante que nos mostró Abel fue que al arrojar unas gotitas de agua sobre una de las plantas que no recuerdo el nombre esta modificaba la posición de sus hojas de tal forma que resultaban más expuestas a la humedad. Un documental de Discovery Channel en vivo!!!

Camuflaje

Otra de las cosas que vale la pena prestarle atención son las “huellas” en la arena. Por sus distintas formas fuimos identificando los animales que habían pasado antes que nosotros por el lugar como insectos, reptiles y antílopes. De estos últimos además de las huellas vimos un par de ejemplares de springboks y un orix que aún no se había convertido en salchicha parrillera…

Y al final del camino encontramos los que habíamos ido a buscar: Deadvlei!!!

Deadvlei a lo lejos

Este paisaje se formó hace cientos de años cuando un desborde del río Tsauchab permitió que crecieran  árboles (acacias eriolobas, o “espinas de camello”) en el área. Cambios de vientos posteriores hicieron que el sector se rodeara de dunas que conformaron especie de paredones que bloquearon el ingreso de agua del río muriendo la vegetación. Se estima que estos árboles pueden tener unos 900 años y que sus restos permanecen en pié sin descomponerse por el clima seco.



Durante los 45 minutos que tuvimos libres en este lugar no nos cansamos de sacar fotos. El cielo era tan azul, el suelo tan blanco y las dunas tan perfectamente delimitadas con sus distintas tonalidades que conformaba un paisaje que parecía producto de la imaginación de un pintor muy inspirado; una realidad paralela.



Junto a este oasis de suelo de arcilla se encuentra Big Daddy, la duna más alta del área de Sossusvlei con unos 325 metros de altura. Mientras estábamos ahí se veía una larga hilera de gente caminando por su filo; qué ganas de estar ahí!!!  Lamentablemente no nos dió el tiempo para treparla ya que se calcula que la caminata lleva unos 90 minutos. Queda pendiente para otra vuelta!

Big daddy

Cuando se hizo la hora de volver nos reunimos con Abel y emprendimos la caminata de regreso hacia el shuttle para ir hasta Sossusvlei propiamente dicho. Los transbordos 4x4 están en permanente movimiento llevando gente de un punto a otro. Tuvimos que esperar unos minutos que hubiese uno disponible para seguir viaje; era tan corto el trayecto –no debían ser más de 400 metros- que podríamos haberlo hecho caminando…

Sossusvlei tiene más nombre que belleza, por lo menos en el momento de nuestra visita. Es otro valle que cada una cantidad incierta de años se inunda reflejándose en sus aguas las dunas que lo delimitan; entre ellas está la segunda más alta de la región, Big Mama.
Nos mostraron un par de fotos del 2011, la última vez que se dio el fenómeno, donde se veían las dudas con sus  imágenes especulares en el agua.

Como lo vimos
Como NO lo vimos (imagen prestada)

Tomadas las fotos de rigor volvimos a rápida velocidad –iba prácticamente saltando entre pequeñas dunas cual rally Dakar-  hacia el estacionamiento inicial donde nos estaba esperando Phillip con un brunch. A las 10:45, totalmente perdidos con los horarios, estábamos comiendo pasta salad, fiambres y los infaltables de todas las comidas: tomate y pepino.

Una vez que recogimos todo lo utilizado y juntamos los alimentos que habían sobrado –Abel se los entregó a los choferes de los shuttles- volvimos a la duna 45. Siendo casi las 12 del mediodía estimo que la temperatura debía ser el mismo número que la duna…

Cielo azul intenso, absolutamente despejado, y ante nosotros la caliente duna anaranjada compuesta en un 90% de cuarzo, lo que refleja el sol aumentando la exposición y el calor. La consigna fue clara, el que quiere subir que suba, el que no se queda abajo; en 30 minutos seguíamos viaje!!! No teníamos ninguna duda, sin importar el calor y los rayos del sol la íbamos a subir!!!

Encabezando la fila fuimos junto a la pareja de honeymooners y la inglesa. Fue una marcha constante sólo interrumpida para sacar fotos. En todo momento evité mirar hacia abajo, tenía la sensación de que me iba a caer rodando sin que nada me detuviese. En menos de 20 minutos, tal vez 15, ya estábamos arriba contemplando la inmensidad del lugar y lo que pequeño que se veía todo desde ahí.

Seba encabezando la fila

Esperameeee!!!

Paranorámica desde arriba

Finalmente llegó la hora de bajar que resultó muchísimo más divertida de lo esperado. En lugar de volver por el lugar por donde habíamos subido fuimos dando zancadas hacia abajo por uno de los costados, uno detrás de otro. Sorprendentemente, y eliminando mis fantasmas de que iba a rodar como una bola hacia el suelo, con cada salto mis pies iban quedando parcialmente enterrados en la arena. Cuando nos quisimos dar cuenta ya estábamos abajo!

Bajando!

Como tuve la precaución de llevar medias que me cubrían parte de la pierna la arena no tomó contacto con mi piel; eso sí las zapatillas tenían tanta cantidad de arena que prácticamente no me entraban y me estaban “apretujando” los dedos!!! Salieron kilos de arena del interior de la zapa y creo que aún no ha terminado de salir…
Los que iban con medias cortas sufrieron el roce de la arena caliente sobre la piel, lo que seguramente hizo que bajaran más rápido movidos por el dolor… Recomendación: medias largas!


Felices por la actividad realizada durante la mañana volvimos hacia el complejo de carpas a descansar.


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