By Sole
Cuando
llegamos a las carpas el lugar era un horno!!! Estábamos experimentando el calor
seco del desierto en su máxima expresión!!! Imagínense el calor que hacía... lavé una
remera Dri Fit y en menos de media hora se había secado…
Estuvimos
entrando y saliendo de la ducha casi todo el rato que estuvimos por ahí…
Como
habíamos comido temprano a las 15:00 hs nos juntamos a merendar; ya estábamos
hambrientos. En la habitación sólo teníamos chocolates que a esa altura estaban
absolutamente derretidos. Nos ofrecieron infusiones, galletitas y frutas; estas
últimas eran deliciosas, jugosas y en su exacto punto de maduración. Creo que
con Seba arrasamos con la fuente de papaya, naranja y ananá!!! De casi todos
los viajes regresamos con muy buenos recuerdos de las frutas.
Con las
energías recuperadas volvimos al parque, esta vez a visitar el cañón de
Sesriem. Este cañón es una gran brecha de casi un kilómetro de largo y en algunos sectores
hasta 30 metros de profundidad cavado por el río Tsauchab en rocas
sedimentarias que se fueron acumulando con el paso de los años -en algunas paredes
se podían identificar las distintas capas-.
El cañón desde arriba |
Más
allá de mirarlo, inicialmente desde arriba, pudimos ingresar al mismísimo cañón!
Hay un sector por el que se puede descender con muy poca dificultad. La
curiosidad nos llevó a seguir a Abel por ese camino y una vez abajo lo
recorrimos en casi toda su extensión, ya que sólo hay una pequeña parte que
contiene agua, el resto está seco. De hecho llegamos a un punto donde había una
especie de pared de rocas que tras treparlas pudimos observar que del otro lado
había un acumulo de agua: el río.
El río al final del camino |
Antes
de volver al camp, a pedido de parte del grupo, hicimos una parada para “ice
cream”. Así que terminamos en un parador de ruta en Sesriem comiendo helados y
chocolates. Era evidente que el grupo no se iba a morir de hambre!!!
Bien
endulzados volvimos al camp; teníamos 1:30 hs libres antes de la cena. Desde el
día anterior estábamos tentados por un cartel que decía “Walking trail”; era la
situación ideal para hacer una caminata por ahí!!! Cruzamos la cadena
que impedía el ingreso de vehículos y fuimos siguiendo el camino prestando
atención dónde pisábamos; por lo que habíamos leído, entre la fauna del lugar había serpientes y
escorpiones, además de roedores, zorritos y antílopes. Con cierta tranquilidad
y a la vez desilusión los únicos seres vivientes que cruzamos en todo el
recorrido fueron un par de escarabajos con rayas blancas en los laterales
de su caparazón.
El
caminito se iba bifurcando en otros secundarios, como un elige tu
propia aventura... y así fuimos eligiendo los que nos dejaron junto a una
sobreelevación del terreno de piedras y arena. Ahí el sendero se
perdía por lo que ascendimos por la arena, evitando las piedras. Unas huellitas y pequeñas caquitas nos indicaron que en las horas previas un orix había estado paseando por ahí.
Al voltear la vista atrás |
Regresando |
Fue una
caminata de 40 minutos muy tranquila y agradable disfrutando de los sonidos, en
este caso más que nada el silencio, de la naturaleza y los colores de la puesta
del sol.
Cuando
regresamos tuvimos tiempo para tomar unas bebidas mientras mirábamos desde el
deck de nuestra cabaña el atardecer.
Uno de los pequeños placeres de Seba |
Sunset |
A las
19:30 fuimos hacia el sector común donde iba a tener lugar la “última cena”.
Abel y Philip se habían lucido con un guiso de pollo y vegetales con arroz.
Estaba riquísimo!!! Y para culminar la comida: ensalada de frutas. La sobremesa
se extendió mucho más allá de la comida y la conversación estuvo cargada de
algo de nostalgia; era la última cena juntos, el tour terminaría unas horas
después cuando regresáramos a Windhoek.
De a
poco nos fuimos levantando de la mesa y regresando a las tents bajo un cielo
estrellado, tan espectacular como el de la noche anterior. Sabiendo que era la
última noche en el desierto nos quedamos un rato mirando el firmamento tratando
de grabar ese recuerdo para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario