By Sole
Sábado
18 de octubre
A las
5:45 hs ya estábamos todos juntos desayunando; antes de las 6:30 teníamos que
estar en el Sesriem Gate del Namib- Naukluft National Park, que estaba a muy
pocos kilómetros del camp.
Cuando
llegamos al parque las puertas aún estaban cerradas y había un par de autos/
camiones de safari haciendo fila. Nos tomaron unos datos y cuando se hizo la
hora de apertura ingresamos en caravana.
Sería
injusta si intentara describir con palabras los increíbles paisajes que fuimos
viendo. La gran extensión inicial de pastos secos amarillentos fue reemplazada por
dunas con arena de un naranja intenso. Justo cuando llegamos estaba
amaneciendo, el horario ideal para apreciar el juego de luces y sombras sobre
las dunas.
Y para
darle un toque de color adicional al paisaje aparecieron un par de globos
aerostáticos; como vimos después era un servicio que ofrecían para ver el
parque desde otra perspectiva. Aun no hemos tenido la oportunidad de viajar en
uno de estos globos, aunque me dé bastante miedo supongo que algún día lo
haremos –seguramente en otro destino.
 |
Globo en el desierto |
En un momento vimos sobre el camino un globo e instintivamente
dijimos casi al unísono “es como estar en el oftalmólogo!!!” recordando la imagen que uno tiene
que mirar en uno de los equipos de estos matasanos .
 |
Una visita al oftalmólogo |
Hicimos
un par de paradas para fotos, incluida una en la famosa duna 45. Esta elevación
de arena debe el nombre a su ubicación:
es la número 45 desde Sossusvlei (hacia donde nos dirigíamos) y a su vez está a
45 Km de Sesriem (desde donde veníamos). En ese momento había gente haciendo el
ascenso mientras que otros estaban sentados junto a sus respectivos camiones
desayunando. Seguramente esta gente se había alojado dentro del parque lo que
les permitió iniciar sus actividades antes de las 6:30 hs y aprovechar el
fresquito de la mañana.
 |
Duna 45 |
Alrededor
del kilómetro 55 se detuvo nuestro camión; al no tener tracción 4x4 no podía
continuar adelante. Abandonamos a Phillip y seguimos con Abel en un shuttle 4x4
con el que recorrimos los arenosos 4 km y algo que no separaban de la parada
para ir a Deadvlei.
Deadvlei
era justamente lo que nos había llevado a Namibia; sus fotos dignas de fondos
de pantalla de computadora nos habían parecidas absolutamente increíbles! Y ahí
estábamos a 1 km de caminata de nuestra excusa de viaje.
 |
Deadvlei: allá vamos!!! |
Finalmente
íbamos a caminar un poco!!! Ya nos estábamos cansando de estar tantos días
sentados en un camión; esto hizo que la caminata por la arena fuese recibida
con mayor entusiasmo!!! Mirásemos hacia donde mirásemos había arena anaranjada
que sólo era interrumpida por pequeñas plantas espinosas y pastos duros
acostumbrados a las sequías. Cuando nos detuvimos a mirar algunas de estas
matas de vegetales descubrimos que tenían más vida de lo que impresionaban.
Prestando mucha atención vislumbramos un par de lagartijas que se camuflaban
cual camaleones con sus alrededores, algunos escarabajos y varias hormigas de
tamaño descomunal –todo parecía ser más grande en Africa!!! Y otra cosa
interesante que nos mostró Abel fue que al arrojar unas gotitas de agua sobre
una de las plantas que no recuerdo el nombre esta modificaba la posición de sus
hojas de tal forma que resultaban más expuestas a la humedad. Un documental de
Discovery Channel en vivo!!!
 |
Camuflaje |
Otra de
las cosas que vale la pena prestarle atención son las “huellas” en la arena.
Por sus distintas formas fuimos identificando los animales que habían pasado
antes que nosotros por el lugar como insectos, reptiles y antílopes. De estos
últimos además de las huellas vimos un par de ejemplares de springboks y un
orix que aún no se había convertido en salchicha parrillera…
Y al
final del camino encontramos los que habíamos ido a buscar: Deadvlei!!!
 |
Deadvlei a lo lejos |
Este
paisaje se formó hace cientos de años cuando un desborde del río Tsauchab permitió
que crecieran árboles (acacias
eriolobas, o “espinas de camello”) en el área. Cambios de vientos posteriores
hicieron que el sector se rodeara de dunas que conformaron especie de paredones
que bloquearon el ingreso de agua del río muriendo la vegetación. Se estima que
estos árboles pueden tener unos 900 años y que sus restos permanecen en pié sin
descomponerse por el clima seco.
Durante
los 45 minutos que tuvimos libres en este lugar no nos cansamos de sacar fotos.
El cielo era tan azul, el suelo tan blanco y las dunas tan perfectamente
delimitadas con sus distintas tonalidades que conformaba un paisaje que parecía
producto de la imaginación de un pintor muy inspirado; una realidad paralela.
Junto a
este oasis de suelo de arcilla se encuentra Big Daddy, la duna más alta del
área de Sossusvlei con unos 325 metros de altura. Mientras estábamos ahí se
veía una larga hilera de gente caminando por su filo; qué ganas de estar ahí!!!
Lamentablemente no nos dió el tiempo
para treparla ya que se calcula que la caminata lleva unos 90 minutos. Queda
pendiente para otra vuelta!
 |
Big daddy |
Cuando
se hizo la hora de volver nos reunimos con Abel y emprendimos la caminata de
regreso hacia el shuttle para ir hasta Sossusvlei propiamente dicho. Los
transbordos 4x4 están en permanente movimiento llevando gente de un punto a
otro. Tuvimos que esperar unos minutos que hubiese uno disponible para seguir
viaje; era tan corto el trayecto –no debían ser más de 400 metros- que
podríamos haberlo hecho caminando…
Sossusvlei
tiene más nombre que belleza, por lo menos en el momento de nuestra visita. Es
otro valle que cada una cantidad incierta de años se inunda reflejándose en sus
aguas las dunas que lo delimitan; entre ellas está la segunda más alta de la
región, Big Mama.
Nos
mostraron un par de fotos del 2011, la última vez que se dio el fenómeno, donde
se veían las dudas con sus imágenes
especulares en el agua.
 |
Como lo vimos |
 |
Como NO lo vimos (imagen prestada) |
Tomadas
las fotos de rigor volvimos a rápida velocidad –iba prácticamente saltando
entre pequeñas dunas cual rally Dakar-
hacia el estacionamiento inicial donde nos estaba esperando Phillip con
un brunch. A las 10:45, totalmente perdidos con los horarios,
estábamos comiendo pasta salad, fiambres y los infaltables de todas las
comidas: tomate y pepino.
Una vez
que recogimos todo lo utilizado y juntamos los alimentos que habían sobrado
–Abel se los entregó a los choferes de los shuttles- volvimos a la duna 45.
Siendo casi las 12 del mediodía estimo que la temperatura debía ser el mismo
número que la duna…
Cielo
azul intenso, absolutamente despejado, y ante nosotros la caliente duna
anaranjada compuesta en un 90% de cuarzo, lo que refleja el sol aumentando la
exposición y el calor. La consigna fue clara, el que quiere subir que suba, el
que no se queda abajo; en 30 minutos seguíamos viaje!!! No teníamos ninguna
duda, sin importar el calor y los rayos del sol la íbamos a subir!!!
Encabezando
la fila fuimos junto a la pareja de honeymooners y la inglesa. Fue una marcha
constante sólo interrumpida para sacar fotos. En todo momento evité mirar hacia
abajo, tenía la sensación de que me iba a caer rodando sin que nada me
detuviese. En menos de 20 minutos, tal vez 15, ya estábamos arriba contemplando
la inmensidad del lugar y lo que pequeño que se veía todo desde ahí.
 |
Seba encabezando la fila |
 |
Esperameeee!!! |
 |
Paranorámica desde arriba |
Finalmente
llegó la hora de bajar que resultó muchísimo más divertida de lo esperado. En
lugar de volver por el lugar por donde habíamos subido fuimos dando zancadas
hacia abajo por uno de los costados, uno detrás de otro. Sorprendentemente, y
eliminando mis fantasmas de que iba a rodar como una bola hacia el suelo, con
cada salto mis pies iban quedando parcialmente enterrados en la arena. Cuando
nos quisimos dar cuenta ya estábamos abajo!
 |
Bajando! |
Como
tuve la precaución de llevar medias que me cubrían parte de la pierna la arena
no tomó contacto con mi piel; eso sí las zapatillas tenían tanta cantidad de
arena que prácticamente no me entraban y me estaban “apretujando” los dedos!!!
Salieron kilos de arena del interior de la zapa y creo que aún no ha terminado
de salir…
Los que
iban con medias cortas sufrieron el roce de la arena caliente sobre la piel, lo
que seguramente hizo que bajaran más rápido movidos por el dolor…
Recomendación: medias largas!
Felices
por la actividad realizada durante la mañana volvimos hacia el complejo de
carpas a descansar.