By Sole
Diciembre 2014
Al día
siguiente amaneció lloviendo. Entre chaparrones caminé nuevamente hacia el puerto de Üsküdar, giré
a la izquierda y fui recorriendo la costa hacia el lado de Kadiköy –el otro
barrio conocido por esos lares. Para ese entonces había dejado de llover y el
sol hacía inútiles intentos por asomarse.
Pescadores del Bósforo |
Luego
de caminar entre pescadores –había bastante más que el día anterior- localicé a
lo lejos una especie de pequeño faro llamado “Maiden’s Tower” ubicado en el
Bósforo a pocos metros de la costa. A medida que me fui acercando divisé los
bares junto a la costa característicos por sus sillones de
almohadones donde la gente se sienta a ver el atardecer mientras degusta alguna
bebida en el verano. Mañana otoñal, sólo estaban las estructuras donde se
colocan los almohadones, y varias mesitas
de madera con sillas; evidentemente no
era el momento indicado para tomar algo ahí. Del otro lado de la calle había
varias confiterías y restaurantes que también parecían cerrados –en este caso
estimo que era más por el horario. Apostaría a que debe ser una muy linda
experiencia ver desde ahí como el sol se va poniendo detrás de los edificios más
emblemáticos del lado europeo de la ciudad: Hagia Sophia, la mezquita Azul y el palacio Topkapi.
Maiden´s Tower con lado europeo de Estambul de fondo |
Ideal para un atardecer de verano...mañana de otoño casi invierno |
Detrás
de Maiden’s Tower hay varias
leyendas; la que más me gustó es digna de un cuento de los hermanos Grimm. Cuenta
la historia que había un emperador que tenía una hija que según la profecía del
oráculo moriría a los 18 años mordida por una serpiente. En un intento de
protegerla del fatídico vaticinio el padre mandó a construir esta torre en el
Bósforo donde alojó a su pequeña. Cuando esta cumplió 18 años el emperador le
llevó de regalo una canasta con frutas en la que el destino quiso que se
ocultara una serpiente cumpliéndose la profecía. Mmm, creo que lo acabo de
escribir es más parecido a una película de terror que a un cuento de hadas…
Tenía
intenciones de tomar el bote que recorre los 200 metros que separan a esta
construcción de la costa pero me pareció un exceso pagar 20 LT por tan corto recorrido, así que
desistí. Según mi guía en el interior de la torre había un restaurante y un
mirador con lindas vistas de los alrededores...
Aunque
uno no tenga intensiones de visitar la torre vale la pena la caminata desde
Üsküdar; es un sendero que discurre paralelo al Bósforo con lindas vistas
panorámicas del lado europeo de la ciudad. Recomendable!
Camino junto a la costa |
Tras
pasar Maiden’s Tower me encontré con un par de amarraderos de lanchas y botes.
Digamos que hasta ahí es la parte pintoresca del camino. Después comenzaba una
zona portuaria con una estación de micros identificada en el mapa como “Harem”,
un par de calles que se internaban en la ciudad y un gran estacionamiento de
autos. Un lugar mal señalizado y bastante solitario en el que recomendaría
tomar uno de los mini-buses azules que pasan por ahí con el cartel de
“Kadiköy”.
Acercándome al puerto |
Se acabó la zona turística... |
Con ayuda del mapa y sin la certeza de que estuviese yendo para el
lado correcto seguí caminando. Apuesto a que pasé junto al complejo militar
donde está el museo de Florence Nightingale, antes de encontrarme con el
cementerio militar de Haydarpaşa. Por la cantidad de seguridad, scanners,
detectores de metales y los carteles que
prohibían sacar fotos y filmar dude de que se tratara de un cementerio; con el
mapa y lenguaje de señas confirmé con uno de los guardias de seguridad mi ubicación. Si uno quiere puede visitar
este predio donde descansan varios soldados británicos de la guerra de Crimea y
la segunda guerra mundial. Obvio que no hay foto!
Fui
bordeando el cementerio y giré en una calle que se transformaba en un puente
pasando sobre las vías abandonadas del tren; a lo lejos divisé la vieja
estación hacia la que me dirigía. Qué alivió, no estaba perdida!!!
Estación Haydarpaşa |
En el primer
desvió hacia ahí salí terminando en una calle un tanto solitaria que pasaba
junto a una mezquita que justo en ese momento estaba llamando a orar, y
terminaba en el Bósforo junto a Haydarpaşa Gari– la estación. Esta se
encuentra fuera de servicio y por lo que leí el gobierno aún no ha decidido el
destino que va a tener. Pasé junto a dos hombres de seguridad que ni siquiera
me miraron e Ingresé por una entrada lateral que daba justo a los andenes. Una
curiosidad en Turquía y en Croacia se usa el mismo término para designar al
andén -peron- y a la estación -gari-. Da cierta nostalgia ver esos largos
andenes vacíos con los antiguos relojes que ya no le informan a nadie el
horario y los vagones estacionados que no van a ningún lado.
Andenes y trenes abandonados |
Como si
conociera el lugar seguí avanzando e ingresé en un gran y lujoso hall con
varios relojes, puertas de madera con vidrios, mármoles y techos pintados, y
después a otro de iguales características en el que estaba la boletería y
algunos asientos de madera.
Apenas
habiéndome cruzado con algún otro curioso y alguna persona que se dirigía a un
restaurante que estaba cerca de los andenes, volví a la calle donde otra vez
estaba garuando. Haciendo malabares entre el paraguas y la cámara saqué un par
más de fotos y seguí viaje.
Interior de la estación I |
Interior de la estación II |
Regresé
a la calle principal –la continuación del puente que pasa sobre las vías- y
caminé varias cuadras sin encontrar nada que me llamase mucho la atención, varios
puestos de comida callejera. Si bien era el mediodía no me detuve en ninguno de
estos ya que eran demasiado precarios y no tenían conexión a Internet. Seba
esperaba noticias mías y me había pedido que me conectara al whatsapp en “una confitería con wifi”;
había olvidado que estaba recorriendo un lugar tan anti-turístico donde la
gente ni siquiera hablaba inglés… Así que habiendo visto todo lo que quería
decidí regresar hacia el hotel para dar señales de vida.
Con
ayuda del mapa fui siguiendo el recorrido que tenía planificado. Continué por
la calle del puente, pero en lugar de bordear el cementerio por el que había
pasado previamente seguí derecho. Pasé junto a una escuela y a la universidad
donde llamativamente la mayoría de los jóvenes que estaban en las inmediaciones
eran hombres, las mujeres eran tan pocas que se podían contar con los dedos de las manos…
Sospecho que la sociedad debe tener un pensamiento machista como el presidente
de turno.
Luego
siguió el cementerio, donde giré en la calle equivocada. Luego de caminar por
un par de cientos de metros entre paredones y lápidas dudé del rumbo que había
tomado. Al encontrar un cartel con el nombre de la calle me dí cuenta de mi
error y volví para atrás tomando posteriormente la avenida correcta. Era imposible que no me perdiera con mi limitada capacidad para interpretar mapas! Como
corresponde cerca del cementerio estaba el hospital; por lo menos son prácticos
y el proveedor de cuerpos está cerca…
RIP |
El
resto del camino trascurrió sin nada memorable y sin equivocaciones. Avisé que
estaba bien y me fui al shopping a comer, esta vez con lápiz y papel para
escribir mi pedido y evitar los problemas de mi mala pronunciación del turco.
Quién sabe cómo se pronunciaría “Piliç Dürüm”???
![]() |
“Piliç Dürüm” |
Con
esto concluye mi recorrida por el lado asiático de Estambul. Creo que sólo
merece una visita la zona de Üsküdar si tienen medio día libre, sobre todo si
es una linda tarde de primavera- verano y tienen ganas de tomar algo viendo el
atardecer.
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