By Sole
Martes
14 de Octubre de 2014
A las
siete de la mañana ya estábamos en la cocina del hostel Chameleon Backpackers & Guesthouse preparando nuestro
desayuno. Tostamos un par de panes, nos servimos unos cereales con yogurt y unos cafés con leche.
Media
hora después ya estábamos con nuestros equipaje junto al resto del grupo que
iba a participar del tour de 6 días. Está de más decir que una vez más firmamos
un “Indemnity Form”, nadie se quería hacer cargo si nos comía un león –en caso de
que viéramos uno despierto!!!
Si bien
varias veces hemos remarcado que no nos gustan los tours, acá contratamos uno ya que no
nos animamos a hacer todo el recorrido por nuestra cuenta. Tengo que reconocer
que fue una muy buena experiencia. El
grupo estaba conformado por cuatro sudafricanos (una señora que viajaba sola, y
una pareja mayor con su hija), una pareja de norteamericanos en luna de miel
(tenían planeado viajar durante 4 meses seguidos –me encantaría hacer eso!!!!),
una enfermera canadiense, un alemán y nosotros. El rango de edades iba de
alrededor de 30 a más de 70 años. Nos acompañaba un guía –Abel- y un chofer
–Moses, ambos namibios.
Cargamos
el equipaje en el “camión safari” y partimos! De camino a la ruta pudimos ver
un poquito de Windhoek. A simple vista parece más un pueblo o pequeña ciudad
que una gran metrópoli a pesar de ser la capital del país. Pudimos comprobar
con la luz de día una gran cantidad de casas de apuestas y grandes tiendas de
bebidas alcohólicas –dos flagelos asociados frecuentemente con la pobreza.
Pasamos también junto a la cárcel, a un hospital, un precario estadio y casas
residenciales, pero lo que más llamó nuestra atención fueron los jacarandaes
con sus características flores violetas, como los que hay en Buenos Aires. Son
unos árboles preciosos cuando están florecidos.
Alejándonos
de la zona céntrica hacia el norte pasamos por Katatura, el township más famoso
de la ciudad; las agencias de turismo suelen promocionar visitas guiadas al
barrio. Esta gran villa cuyo nombre significa “el lugar donde la gente no
quiere vivir” fue creada para alojar a la población negra de Windhoek como
parte de las políticas del Apartheid. Las casas estaban construidas con una
combinación de materiales donde el que nunca faltaba era la chapa; algunas eran
íntegramente de este material, mientras que otras tenían paredes de madera y
las más pro de ladrillo. En los alrededores no faltaban los desarmaderos de
autos y los mendigos que pedían dinero a los que pasaban por la ruta. Nada a lo
que no estemos acostumbrados...
Katatura |
Continuamos
por la principal ruta del país, B1, recorriendo kilómetros y kilómetros sin
pueblos, hasta Otjiwarongo, donde iba a ser la primera parada. Durante esas más
de dos horas de viaje nos entretuvimos como niños buscando grandes hormigueros
que parecían superar los dos metros –y eso era sólo lo que se vía en el
exterior, vaya uno a saber cuál era la extensión real bajo tierra-, pájaros,
warthogs (jabalíes) y carteles precautorios con el dibujo de los mismos con
intención de sacarles fotos, acción que se complicaba por el movimiento que no
nos permitía hacer foco con la cámara. Otra particularidad de la ruta, eran los
carteles con un arbolito y una mesa que un kilómetro después iban seguidos de
una mesa de pic nic, en general junto a un árbol, en la banquina.
El
impronunciable Otjiwarongo, era un pueblo pequeño y pobre dedicado a la
producción de carne vacuna. Paramos en una estación de servicio para hacer uso
de los sanitarios (acá dejaban de ser gratis y había que pagar 2 rands), y comprar
provisiones. Por recomendación de Abel y siguiendo el sentido común en lugar de
comprar en la estación de servicio fuimos al Spar que estaba frente a esta.
Casi todos regresamos al camión con un bidón de 5 litros de agua en la mano.
Camión Safari |
Un
ratito antes del mediodía continuamos viaje. A pesar de que casi todos habíamos
ido picando algo, cual excursión escolar durante la mañana, nos entusiasmamos
mucho al recibir la lunch box. El tupper segmentado incluía una ensalada de
cuscus, pan con mantequilla untada, un huevo duro, una manzana, una barra
hipercalórica (maní, chocolate y caramel) y un paquetito de maní y pasas
saladas. Como era demasiada comida, comimos parte y guardamos los snacks para
otro momento. Otros se comieron todo, parte del grupo era de buen comer…
Seguimos
por la B1 rumbo a Outjo, otro diminuto pueblo, situado a una hora de Etosha,
nuestro destino final del día. Sin detenernos lo atravesamos; apenas vimos un
par de negocios que vendían artesanías y árboles “vestidos” con llamativas
telas color fucsia.
Finalmente
alrededor de las 14:00 hs llegamos a Etosha. Estaba por comenzar el game drive
del día!!! Iupi!!!! Abrimos las ventanas, y subimos el techo convirtiendo
nuestro camión-combi en un verdadero vehículo de safari. Listos para
comenzar!!!
Día
despejado a la hora de la siesta en la sabana africana: calor!!! A pesar de
esto vimos mucho más de lo esperado!!! Nos encontramos con un paisaje diferente
al que habíamos visto en el Kruger: menos vegetación, algunos arbustos
achaparrados y grandes extensiones con apenas yuyos amarillentos, lo que
facilitaba la visualización de los animales. Cada uno miraba por la ventana de
su lado y si veía algo que mereciera la pena tenía que gritar “stop” para que
Moses parara (en caso de que no lo hubiera visto él antes). Hubo exclamaciones
de “zebras”, “giraffe”, “wildebeests”, y
la que estuvo más cargada de emoción “Stoooop!!!! Lionsss!!!!”.
Jirafa curiosa |
Wildebeest |
Dónde leones??? Qué vista que tienen algunos!!! A unos cuantos 50 metros de distancia divisamos bajo un árbol que apenas era un conjunto de ramas desnudas sin hojas dos leonas con sus leoncitos!!! En casos como estos la ayuda de los larga vistas y del zoom de la cámara fueron imprescindibles para apreciar con más detalle que eran esos bultos marrones claro. Mucho mejor que lo que habíamos visto previamente en el Kruger! Felices!!!
Leonas con sus leoncitos |
Seguimos mirando con atención los alrededores, haciendo paradas intermitentes a la voz de “springboks” (eran tan abundantes como los impalas de Sudáfrica), “jackal”, "a rhino" “steenboks” (otra variedad de antílope), “elephants” (por la presencia de piedra caliza del piso que se arrojaban sobre el lomo tenían una tonalidad grisácea). Algunos de estos animales estaban concentrados en water holes,
Apuesto a que se preguntarán qué es un “water hole”, así que paso a explicarles. Es una depresión del terreno donde se acumula agua, que los animales suelen visitar para hidratarse; serían pequeños oasis entre tanta aridez.
La combinación del agua y el reflejo del sol creaban una imagen espectacular que la cámara supo capturar a la perfección.
Springboks |
Elefante en water hole |
Rinoceronte solitario |
Jackal |
El momento más especial del día estaba a punto de llegar! Si los "Stoooop" previos estuvieron cargados de emoción, los que siguieron casi a coro por poco espantan a todos los animales del parque! Lionssss!!!!! No era sólo un león, era una pareja de
leones y estaban a muy pocos metros del camión!!! Teníamos
la revancha!!!
Pareja de leones |
Él con una escasa melena poco pigmentada que evidenciaba su
juventud estaba echado en el suelo, ella caminaba a corta distancia. Parecía
una apacible escena de la vida cotidiana hasta que llegó la acción!!! Aún no
puedo creer lo que vimos!!! Tras un “histeriqueo” de ella todo terminó en un
mating que no debe haber durado más de 2 minutos y culminó cuando la leona lo
apartó bruscamente; unos minutos después el acto volvió a repetirse!!!
Estábamos metidos en medio de un documental de la National Geographic!!!
Leones en plena acción |
Tanta actividad me dió sueño... |
Habiendo
leído un poco sobre el tema les puedo contar que los leones copulan cada 15 a
20 minutos durante un período aproximado de 5 días. Un hecho curioso que
explica la forma violenta en que la leona trató a su pareja cuando este terminó
con lo suyo es la presencia de múltiples espinitas en el pene del león que
tienen una orientación tal que al sacarlo de la vagina genera dolor, a la vez
que estimula la secreción de hormonas que favorecen la fertilización.
Previo
al viaje bromeábamos sobre la posibilidad de ver un león cazando, pero esto
nunca lo hubiésemos esperado! No podíamos pedir más!
Alrededor
de las 18 hs, con un más que cálido viento que entraba por las ventanillas
llegamos a Halali, el camp donde íbamos a pasar la noche. Dentro del parque
Etosha hay tres complejos con cabañas, habitaciones, y camping para pernoctar,
con áreas comunes como pileta, proveeduría, parrillas con mesas de camping y
algo sorprendente: un water hole! En estos complejos
junto a estos grandes charcos de agua hay luminarias que permiten ver lo que
sucede a la noche –el momento de mayor actividad- y bancos para sentarse a
observar. Aclaro que todas las áreas donde circula la gente están separadas por
cercas altas para impedir el ingreso de animales.
Ni bien
llegamos nos repartieron en las habitaciones con baño privado que estaban mucho
mejor de lo que hubiese esperado. Si bien estábamos en el medio de un parque, a
cientos de kilómetros de la civilización, la habitación era digna de cualquier hotel 3 o
4 estrellas. Nos dimos una ducha rápida para sacarnos el polvo después de tanto
viaje y tanto calor, y antes de ir a cenar fuimos a echarle un vistazo al water
hole. Los 20 minutos que estuvimos ahí fueron suficientes para ver como se
acercaba un rinoceronte a tomar agua! Espectacular!!!
Cuando
miramos el reloj ya eran las 19:30, horario en que teníamos que juntarnos con
el grupo a cenar. Al acercarnos encontramos a Abel y a Moses preparando braai!!!
Pronto aprendimos que “braai” es la palabra en afrikans para designar al asado.
En este caso incluía costillas de cerdo, pinchos de pollo y beef sausage
(teóricamente una especie de salchicha parrillera de carne de vaca). Para
acompañar habían preparado ensalada de vegetales crudos. Pese a la indicación
del médico que visitamos antes del viaje de no comer cosas crudas comimos
igual…y sobrevivimos!!! Y para culminar la noche mousse de chocolate de
postre!!! Una deliciosa bomba, que por suerte no la he visto en ningún
supermercado junto a los potes de helados... juro que sería la perdición para varios!
Había
llegado la hora de que nosotros trabajáramos. No habíamos contratado un tour
convencional, sino uno participativo donde nos repartíamos las tareas con el
chofer y el guía. Ellos hacían las compras y cocinaban, y nosotros nos
encargábamos de los platos. Así que entre todos levantamos la mesa, lavamos y
secamos todos los cacharros que habíamos usado ese día. Fue una tarea grupal
divertida, que dio el primer paso hacia la integración del grupo.
Estábamos
pletóricos luego de la suculenta cena, así que mientras bajaba un poco la
comida fuimos otra vez al water hole. En este complejo no firmamos ningún
formulario de deslinde de responsabilidades (tal vez estaba incluido en lo que
habíamos firmado previo a salir de Windhoek) pero no faltaba el cartel camino
al pozo de agua que decía que nos hacíamos responsables de cualquier cosa que
nos pudiera ocurrir. Qué tranquilidad caminar por ahí a la noche…
Habiendo
llegado ilesos a la especie de anfiteatro que estaba junto al watering hole
(otra forma de llamarlo) nos acomodamos en un banquito. Parecía como si
estuviésemos en un teatro y el gran charco de agua fuera el escenario donde los
actores –los animales- iban entrando y saliendo por los costados.
Cuando
llegamos justo también llegaba un elefante que se puso en un costado del pozo a
tomar agua. Siguiendo las indicaciones y el sentido común todos permanecíamos
en silencio viendo y escuchando lo que sucedía. Primero metía la trompa en el
agua y sorbía el agua generando el mismo sonido que cuando uno come la sopa
“ruidosamente”; luego ponía la punta de la trompa en la boca y descargaba el
contenido lo que generaba un sonido similar a cuando se vierte agua en un
recipiente. No nos cansábamos de admirar como ese gran paquidermo bebía
incesantemente.
Un rato
después apareció un segundo elefante que se puso junto al primero a beber. Luego
aparecieron dos rinocerontes negros en fila. Uno se acercó al agua y el otro se
quedó a cierta distancia mirando que sucedía. Así de esta manera uno a uno
todos los actores iban ingresando del lado izquierdo del “escenario”; del lado
derecho estaba el camino por el que habíamos accedido nosotros al lugar.
Mientras
esto sucedía en el centro de la escena, vimos que del lado izquierdo que algo que
en un principio no le habíamos prestado atención porque pensamos que era un
objeto inanimado se movió! No era una gran piedra!!! Era un león acostado en la
oscuridad!!! Parecía ajeno a lo que sucedía alrededor.
Cuando
volvimos la vista al water hole detectamos un cruce de miradas desafiantes
entre un elefante y un rinoceronte que no fueron más de eso. Y como había
animales dando vueltas, aparecieron los que faltaban: los bats! Los murciélagos
comenzaron a sobrevolar el lugar, pasando en algunas ocasiones a muy poca
distancia de nuestras cabezas. Esto último me puso un poco incómoda.
De
pronto el león se paró, caminó unos pasos, se recostó frente al agua y comenzó
a beber como un gatito. Satisfecho se retiró a su lugar original.
![]() |
Halali's Water hole |
En
tanto los elefantes seguían tomando agua, los rinocerontes se retiraron. Todo
parecía tranquilo hasta que uno de los rinos le apareció por detrás al león y
literalmente lo rajó!!! Esa noche le ganó la batalla territorial al rey de la
selva!!! No vimos bien hacia donde se fue el león, pero varios de los que
estábamos sentados nos miramos con cara “a ver si se aparece por acá…”, sin
necesidad de intercambiar palabras.
Cuando
nos quisimos dar cuenta ya eran las 10 de la noche; al día siguiente teníamos
que madrugar! Enfilamos hacia el camino que conducía al camping, encontrándonos
con otros compañeros del grupo que tampoco podían creer lo que habían visto!!!