sábado, 3 de octubre de 2015

Un largo camino hacia Windhoek entre cheetahs y apple pie!

By Sole

Domingo 19 de octubre

A las 6:30 hs estábamos listos para el último desayuno, que además de lo habitual incluyó huevos revueltos y bacon.
Cincuenta minutos después ya estaba todo lavado y guardado, y hasta ya estábamos sentados en el camión rumbo a Solitaire. Desde este paraje partía la excursión al centro de conservación de Cheetahs “Na’ankuse Namib Conservation Centre”, la última actividad del tour.

Antes de ver a las Cheetahs tuvimos que firmar el último indemnity form del viaje; esta vez éramos responsable por los ataques de estos felinos… Habiendo puesto el gancho nos ubicamos en un camión abierto de safari junto a gente que otros tours y una bióloga que nos fue explicando con mucha pasión en qué consistía el proyecto.

Íbamos a visitar una reserva habitada por seis cheetahs que no era re-insertables en la naturaleza ya que estaban acostumbradas a ser alimentadas por humanos. Al liberarlas estaba el riesgo que ante la frustración de no tener alimento ataquen a autos, granjeros y a sus animales –de hecho una de los ejemplares llegó ahí luego de que un granjero que había perdido parte de su ganado llamase a la organización.

En este lugar son alimentadas una vez por semana con un trozo de cebra o kudú que es lo que comerían de estar libres en la naturaleza. Cada tanto aparece su instinto cazador y se comen un ratón, ardilla o algún monito tonto que traspasa el alambrado.

Los animales, que viven dentro de un gran terreno cercado a corta distancia de Solitaire, tienen colocado un collar que permite su rastreo. Tras ingresar en el predio la guía sacó el rastreador en busca de señal en los alrededores; tras andar unos cuantos minutos encontramos a la primera cheetah!

Rastreando cheetahs!

Se trataba de una hembra solitaria que cuando vio al camión se acercó corriendo buscando comida. Me dio un poco de miedo ver a ese animal acercarse a toda velocidad!!! En ese entonces la guía ya estaba fuera del camión con un palito en la mano hablándole al felino como si fuese un perrito. “Good girl” le dijo un par de veces; solo faltó que le acariciara la cabeza. Al ver que no había comida, perdió interés y regresó hacia donde estaba, resguardándose en la sombra de un arbusto.



Si no hay comida me voy...

A seguir la búsqueda! Unos metros más adelante aparecieron las otras dos hembras del grupo, madre e hija. Nos contó que la madre era un tanto rebelde y evasiva, y era la única no rastreable porque hacía un tiempo se había quitado el collar; sin embargo era fácil de encontrar porque solía estar siempre con su pequeña Rusty –una conducta que no es normal en la especie. Sólo la vimos a lo lejos.

La hija en cambio está acostumbrada al contacto con los humanos, y en particular al de la bióloga que la trataba como si fuese su mascota. Cuando se acercaba manifestó su gran preocupación por el bienestar de la pequeña que la noche anterior había sido atacada por los de los machos; se mostró muy aliviada al comprobar que se encontraba bien.

En busca de su "little girl"

En ese momento nos indicó que podíamos bajar del truck. Había que confiar en la que sabía… Caminamos lentamente y nos acercamos a una distancia prudencial para sacar fotos. Rusty nos miró sin mayor interés y permaneció recostada debajo de un arbolito.

Seba y Rusty

Pronto se fue haciendo la hora de regresar; no había tiempo para buscar a los tres machos que completaban el grupo. Nos contó que estos estaban castrados ya que estaba prohibida la reproducción entre los animales que vivían en cautiverio para evitar las enfermedades genéticas.

Culminado el recorrido volvimos a Solitaire donde cambiamos de vehículos y emprendimos el regreso. En el camión nos esperaba una generosa porción de apple pie de la panadería alemana del lugar.

Simplemente delicioso!!!

Volvimos por las montañas de Naukluft pasando apenas por un par de pueblitos muy pequeños. Antes de llegar a Windhoek hicimos una corta parada en Rehoboth una pequeña ciudad –la más importante por la que habíamos pasado en el día-. Dada la cercanía con la capital es un lugar donde vive bastante gente ya que el costo de vida es menor. Inicialmente fue un pueblo habitado por el grupo étnico Nana y los “colours” desplazados de Sudáfrica por su condición de mestizos.

Durante la parada estuvimos en una estación de servicio donde nos llamó la atención la fisonomía de los empleados que eran pequeños hombrecitos que con suerte llegaban al 1,60 metros y 50 kg, y tenían caras muy particulares –parecían salidos de un libro de patologías genéticas. Tal vez formaban parte de una misma familia, tal vez eran la consecuencia de la reproducción endogámica de los primeros pobladores…

Una hora después llegamos a Windhoek donde fuimos despidiéndonos de los compañeros que bajaron en distintos alojamientos quedando sólo acompañados de la pareja de honeymooners que también se iban a alojar en el hostel Chameleon donde concluía el tour. Nos despedimos de Abel y Phillips luego de sacarnos una foto con ellos y fuimos a hacer el check in siéndonos asignada la habitación “Kudu”.

La despedida

Kudu room

Nos acomodamos un poco y nos dispusimos a salir. Cuando el encargado del Hostel nos vio nos mandó de regreso a la habitación a dejar las mochilas, y nos recomendó salir sólo con la llave y una bolsita con lo indispensable en la mano; según sus palabras Windhoek no era un lugar seguro para caminar.

Era domingo 15:30 hs; cuando salimos comprobamos con nuestros propios ojos la soledad de los alrededores. Apenas nos cruzamos con un par de personas, sin contar tres rubios con aspecto de turistas con bolsas de super en la mano, el resto eran negros y no tenían el mejor aspecto. Caminamos hacia el shopping donde estaba el supermercado; para nuestra sorpresa cuando llegamos todos los locales estaban cerrados salvo el “Pick n’ Pay”. Aparentemente a las 15 hs se había acabado la vida en el lugar, y el supermercado iba a cerrar a las 18 hs. Compramos un par de productos para hacer una ensalada a la noche y una bebida sabor “Marula”, una fruta de la región; íbamos a cenar en el Hostel.

A pesar de la poca gente y las advertencias decidimos caminar un par de cuadras para sacarle una foto a una iglesia que nos había gustado. Cuando avanzamos hacía ahí nos encontramos con la calle cortada por un par de patrulleros y un acto político del partido gobernante –SWAPO- en la plaza delante la iglesia. En el momento que llegamos había un espectáculo musical y la gente estaba vestida de rojo, verde y azul –los colores de la bandera del país, y del partido gobernante. Pasamos por un costado del parque evitando a la gente, sacamos la foto y regresamos encontrándonos en el camino con un puesto de “artesanos” que ya estaban recogiendo sus mercaderías. Vendían exactamente lo mismo que en Sudáfrica, las artesanías debían estar hechas al por mayor, sólo les faltaba el cartelito “Made in China”.

Christ Church

Pasamos el resto de la tarde en el hostel escribiendo, poniéndonos al día con Internet y descansando. Cenamos tempranito y nos fuimos a dormir porque al día siguiente teníamos que madrugar para ir al aeropuerto.