sábado, 5 de mayo de 2018

Siempre que llovió paró... conociendo Sidney con sol

By Sole

17 de diciembre 2016

Arriba tempranito! Ya estábamos desayunando cuando sonó el despertador. Había parado de llover y era la primera vez que veíamos el sol y el cielo celeste en Sidney. La temperatura había comenzado a subir, estaba pronosticado una máxima de 32°C.

Aprovechamos el día lindo para caminar por Darlinghurst, nuestro barrio, y el vecino Paddington, que los sábados por las mañanas tenía como gran atracción una feria.

Estábamos alojados en el barrio gay friendly de la ciudad. Las banderas multicolores, algunos bares y negocios, y los hombres que caminaban de la mano sustentaban la amigabilidad de Darlinghurst. Más allá de la apertura mental reinante, nos pareció un barrio lindo con locales de comida y supermercados al alcance de la mano, y cerca de la estación de trenes, del metro y del downtown; nos sentimos muy a gusto viviendo unos días ahí.


Darlinghurst

Esa mañana tomando Oxford St hacia el lado contrario al que habíamos ido los días previos. Como apenas eran las 9 de la mañana los locales recién estaban comenzando a abrir. En algún momento incierto de la caminata cambiamos de barrio, desconozco cuál era el límite, haciéndose evidente que estábamos en Paddington… las casas victorianas de dos plantas con rejas ornamentadas en el porche y el balcón no dejaban dudas. Si bien por fuera mantenían ese estilo clásico, gracias a algunos carteles de ventas con fotos de los interiores pudimos comprobar que algunas estaban totalmente remodeladas acordes a los lujos modernos. Parecía un barrio tranquilo, limpio y pintoresco. Era muy extraño ver monopatines, paraguas y cochecitos de bebe en los porches sin ningún tipo de amarre, totalmente accesibles desde el exterior por cualquiera que pasara caminando… A quién se le ocurriría dejar algo así en Buenos Aires?


Por las calles de Paddington I 

Por las calles de Paddington II

Cruzamos varios vecinos del barrio que paseaban sus perritos y otros tantos que se aprontaban a desayunar en alguno de los cafés de la zona que se iban poblando a medida que pasaban los minutos.

Cuando llegamos al Paddington Market (Oxford St entre Elizabeth and William St) recién estaban llegando los puesteros. No fue un gran problema tener que esperar un rato porque la zona tenía varios negocios de muebles y decoración muy interesantes. También había varios locales de ropa de diseño y belleza, pero estos últimos los pasamos de largo.




Pasadas las 10 ya estaba casi todo el mercado armado, el día de feria estaba oficialmente inaugurado! Hicimos una pasada bastante rápida entre puestos de ropa “hipona”, plantas, medias, posavasos de cerámica, carteras, panes, bollerías, y comida que hasta tenía un representante argentino que ofrecía empanadas. La mayoría de las cosas que vimos tenían un precio que excedía lo que estábamos dispuestos a pagar, dejando de lado que tampoco nada nos pareció demasiado original. Con una temperatura creciente regresamos caminando bajo los rayos del sol al departamento para ponernos los trajes de baño… sí! el destino del día era la playa!


Paddington Market I

Paddington Market II

Casi como autómatas caminamos una vez más por Oxford St hacia Hyde Park, al cual atravesamos aprovechando la sombra de sus árboles y que no llovía para sacarle algunas fotos. Un lugar hermoso!


Hyde Park I

Hyde Park II

Hyde Park III

Hyde Park IV

Tras abandonar el gran espacio verde continuamos por Macquarie St pasando junto a los barracones, el parlamento y el hospital con su viejo edificio que incluía un Porcellino réplica del que está en Florencia. Qué sorpresa fue encontrar esa escultura en el nosocomio! Posteriormente, investigando un poco descubrí que fue donada a la ciudad en 1968 por la Marquesa Fiaschi Torrigiani para ayudar a juntar fondos para el hospital donde su padre y hermano habían trabajado como cirujanos honorarios.



Il Porcellino de Sidney... por las dudas lo toqué

Apenas pisamos The Domain, otro de los grandes espacios verdes de la ciudad, e ingresamos en el Royal Botanic Garden. En esta oportunidad recorrimos un sector que no habíamos visto antes con rosas, estanques y varias esculturas. A lo lejos vimos la antigua casa del gobernador de Nueva Gales del Sur que era una de las atracciones del parque.


Royal Botanic Garden I

Royal Botanic Garden II

Al llegar a los pequeños muros que separaban los jardines del mar notamos que el nivel del agua había subido considerablemente inundando parte del sendero que iba bordeando la costa; varios niños chapoteaban en el lugar rebosantes de alegría. Con el calor que hacía no nos faltaron ganas de hacer lo mismo!


Agua a los dos lados del muro


Puente + Opera con el reflejo del sol

Salimos por la puerta que daba a la Opera y desde ahí caminamos unos metros más hasta Circular Quay. Fue fácil encontrar el ferry que iba a Manly, las pantallas de información eran muy claras. Tal como nos había recomendado nuestro host Scott habíamos conseguido las "Opal Cards", tarjetas recargables que servían para viajar en varios medios de transporte incluidos buses, trenes y ferris. Con las tarjetas en mano pasamos por los molinetes, descontándose unos $7 de cada una.

Con la cantidad de gente que había esperando en ese muelle dudamos que fuésemos a entrar todos en el ferry, pero el barco resultó ser tan grande que parecía medio vacío cuando partió. Nos sentamos en el interior disfrutando del vientito que entraba por la ventanilla; el calor exterior era intenso como para estar más de media hora a la intemperie. En varios momentos visitamos la popa para sacar fotos panorámicas de la ópera, el puente y el puerto. Con el día espectacular que estaba haciendo parecía que todos habían decidido salir a navegar, la bahía estaba llena de veleros y lanchas a las que se sumaba los ferris y un crucero que justo estaba abandonado la ciudad. Unos treinta y algo de minutos después arribamos al Manly.


Sidney desde el ferry

Recomendaciones para un día con sol:

  • Caminar, caminar y caminar. Sidney es una ciudad hermosa para caminarla de punta a punta. Cada barrio y cada rincón tiene sus particularidades y su encanto.
  • Sentarse a descansar o comer algo en uno de los bancos de Hyde Park o del Royal Botanic Garden.
  • Tomar el ferri hacia Manly disfrutando de las vistas panorámicas de la ciudad desde el  agua.


Tip:

  • Ni bien llegan a Sidney consigan la Opal Card. Se consiguen en los convenience stores como 7/11 y se pueden cargar en las estaciones y terminales.


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